Los restos de escritor mexicano fueron trasladados al Museo a Bellas Artes, donde han sido honrados en ceremonias fúnebres Frida Kahlo y Diego Rivera, María Félix y Cantinflas.
El escritor mexicano Carlos Monsiváis, fallecido
el sábado a los 72 años por problemas respiratorios, fue despedido hoy entre
aplausos y gritos de "vivas"en una ceremonia de cuerpo presente en el
Palacio de Bellas Artes, en el centro de Ciudad de México.
El cuerpo de Monsiváis permaneció anoche en el interior del Museo de la Ciudad de México, a donde acudieron familiares, amigos, escritores, admiradores y funcionarios para despedirse del "maestro Monsiváis", una de las voces críticas del México contemporáneo.
Por la mañana de este domingo, el ataúd con los restos de "Monsi", como se le llamaba cariñosamente, fue trasladado en una carroza fúnebre del Museo a Bellas Artes, en un recorrido por calles del centro de la capital, en la que nació el 4 de mayo de 1938 y donde murió ayer después de dos meses de permanecer hospitalizado.
En este mismo recinto de Bellas Artes han sido honrados en ceremonias fúnebres personalidades como los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera, los escritores Juan Rulfo, Octavio Paz y Salvador Elizondo, la actriz María Félix y el cómico Mario Moreno "Cantinflas", entre otras figuras del mundo intelectual y artístico de México.
El féretro de Monsiváis fue cubierto con las banderas de México, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudió, y de la comunidad gay, de la que fue un defensor de sus causas.
Este domingo la comunidad intelectual siguió expresando su pesar por la desaparición de una de las mentes indispensables para tratar de entender al México contemporáneo, por su agudeza e implacable crítica.
"Con la partida de Carlos Monsiváis termina el siglo XX mexicano, cuya segunda mitad Carlos cronicó, relató, analizó, criticó, en pocas palabras cifró para su generación y para la historia", dijo en la ceremonia luctuosa Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
"Qué vamos hacer sin ti "Monsi", si eres el enfrentamiento más lúcido al autoritarismo presidencial, el enfrentamiento más lúcido a las actitudes absurdas, cuando no corruptas de las dos Cámaras (Congreso), el enfrentamiento más lúcido a los abusos del poder", dijo Elena Pontiatowska, la consternada amiga del escritor a quien consideraba su hermano.
Poniatowska dijo frente al ataúd que tal vez Monsiváis ahora se va a encontrar con amigos ya fallecidos: "A lo mejor abrazas a (José) Saramago, con quien viajaste a Chiapas en los noventas".
Muchos de sus amigos dijeron que el mejor homenaje al desaparecido escritor era leer sus obras, llenas de lucidez y ácida crítica al poder, pero también inteligente opinión sobre el cine y los sucesos que sacudieron al país, como la matanza de estudiantes en octubre de 1968 o el terremoto que devastó la capital el 19 de septiembre de 1985.
Después de las guardias de honor montadas por familiares, amigos y funcionarios, una columna de cientos de personas del pueblo pasaron junto al ataúd de "Monsi".
Tres horas estuvo el cuerpo de Monsiváis en Bellas Artes, donde en el último adiós los asistentes entonaron el himno nacional mexicano y rompieron en aplausos y gritos de "vivas" al cronista.
Antes de ser llevado el cuerpo a un cementerio para ser incinerado, la carroza fúnebre con los restos de Monsiváis hizo un recorrido por calles del Centro Histórico y dio una vuelta al Zócalo, la principal plaza pública del país, epicentro de grandes movimientos políticos y sociales, recogidos en las crónicas del escritor.
EFE
El cuerpo de Monsiváis permaneció anoche en el interior del Museo de la Ciudad de México, a donde acudieron familiares, amigos, escritores, admiradores y funcionarios para despedirse del "maestro Monsiváis", una de las voces críticas del México contemporáneo.
Por la mañana de este domingo, el ataúd con los restos de "Monsi", como se le llamaba cariñosamente, fue trasladado en una carroza fúnebre del Museo a Bellas Artes, en un recorrido por calles del centro de la capital, en la que nació el 4 de mayo de 1938 y donde murió ayer después de dos meses de permanecer hospitalizado.
En este mismo recinto de Bellas Artes han sido honrados en ceremonias fúnebres personalidades como los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera, los escritores Juan Rulfo, Octavio Paz y Salvador Elizondo, la actriz María Félix y el cómico Mario Moreno "Cantinflas", entre otras figuras del mundo intelectual y artístico de México.
El féretro de Monsiváis fue cubierto con las banderas de México, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde estudió, y de la comunidad gay, de la que fue un defensor de sus causas.
Este domingo la comunidad intelectual siguió expresando su pesar por la desaparición de una de las mentes indispensables para tratar de entender al México contemporáneo, por su agudeza e implacable crítica.
"Con la partida de Carlos Monsiváis termina el siglo XX mexicano, cuya segunda mitad Carlos cronicó, relató, analizó, criticó, en pocas palabras cifró para su generación y para la historia", dijo en la ceremonia luctuosa Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
"Qué vamos hacer sin ti "Monsi", si eres el enfrentamiento más lúcido al autoritarismo presidencial, el enfrentamiento más lúcido a las actitudes absurdas, cuando no corruptas de las dos Cámaras (Congreso), el enfrentamiento más lúcido a los abusos del poder", dijo Elena Pontiatowska, la consternada amiga del escritor a quien consideraba su hermano.
Poniatowska dijo frente al ataúd que tal vez Monsiváis ahora se va a encontrar con amigos ya fallecidos: "A lo mejor abrazas a (José) Saramago, con quien viajaste a Chiapas en los noventas".
Muchos de sus amigos dijeron que el mejor homenaje al desaparecido escritor era leer sus obras, llenas de lucidez y ácida crítica al poder, pero también inteligente opinión sobre el cine y los sucesos que sacudieron al país, como la matanza de estudiantes en octubre de 1968 o el terremoto que devastó la capital el 19 de septiembre de 1985.
Después de las guardias de honor montadas por familiares, amigos y funcionarios, una columna de cientos de personas del pueblo pasaron junto al ataúd de "Monsi".
Tres horas estuvo el cuerpo de Monsiváis en Bellas Artes, donde en el último adiós los asistentes entonaron el himno nacional mexicano y rompieron en aplausos y gritos de "vivas" al cronista.
Antes de ser llevado el cuerpo a un cementerio para ser incinerado, la carroza fúnebre con los restos de Monsiváis hizo un recorrido por calles del Centro Histórico y dio una vuelta al Zócalo, la principal plaza pública del país, epicentro de grandes movimientos políticos y sociales, recogidos en las crónicas del escritor.
EFE
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