No es una época en la que sea lea, en general, es una época más visual que de poesía, dice autor del poemario "El instinto de la memoria"
Autor de una poesía que refleja ideas, más que estados de ánimo, el poeta y filósofo peruano Julio del Valle afirma que es difícil leer literatura en una época que es "más de Twitter que de poesía".
"Es complicado leer poesía porque no es una época en la que sea lea, en general; es una época más visual, más de Twitter que de poesía", señaló en diálogo con Efe.
Del Valle, autor del poemario "El instinto de la memoria", considerado entre las mejores publicaciones en Perú durante 2009, reflexionó que los poetas quizá tengan "que ver la manera de cómo entrar a otro tipo de lengua, que no sean los lenguajes impresos".
Con un primer poemario, "Callado cielo", publicado en 1994, Del Valle acabó el año pasado con un silencio poético de más de una década, motivado en gran parte por el viaje que hizo a Alemania para estudiar un doctorado en filosofía en la Universidad de Heidelberg.
"Publico porque es una necesidad vital, porque hay algunas cosas que considero que no se pueden decir de otra manera que poéticamente, y porque no considero que la poesía sea un oficio, ni una expresión humana aséptica", explicó.
A pesar de ello, el escritor remarcó que "la poesía tiene mucha fuerza, pero su margen de influencia es el margen de las palabras y eso le da un alcance y una limitación al mismo tiempo".
"No hay en el libro, y tampoco tengo personalmente, una visión muy positiva de la historia de la humanidad, soy bastante crítico en el sentido de que el ser humano se ha vuelto una criatura muy arrogante de sus poderes, y pienso que se pierde mucho bajo esa concepción del desarrollo", señaló.
Acorde con esas ideas, la primera parte de su último poemario es "casi como una especie de museo de la fragilidad, de la arrogancia y de la derrota humana".
A pesar de su visión crítica, Del Valle no se ha desencantado sobre el futuro de la literatura y, más bien, confiesa que está "muy interesado" en los nuevos soportes digitales y en la posibilidad de introducir versiones de su libro en un espacio virtual.
"Eso no me asusta para nada, porque estos nuevos soportes electrónicos están siendo concebidos cada vez más con la experiencia que uno tiene con la lectura de un libro físico", indicó este poeta, que inició su vínculo con la poesía en la llamada Generación del 90.
Pero, hombre de un tiempo de papel y tinta, el poeta admitió que a su sensibilidad "le va a costar mucho sentirse a gusto (al leer) con un tablero electrónico".
"A mi me encanta el objeto físico, la posesión del libro, y tengo casi una relación animista con mis libros, tienen alma", acotó.
EFE
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