Un viaje a la región Junín nos mostró que los pobladores de dicho lugar continúan con el desafío de convertir a su ciudad en una de las mejores del Perú. Para ello, vienen poniendo en valor su red turística, arqueológica y cultural.
Nos embarcamos en un viaje en tren por más de 12 horas hacia la región Junín para conocer de cerca sus costumbres, pero, sobre todo, su novedosa propuesta turística que ofrece este rincón bañado por el río Mantaro.
Sin embargo, lo que nos llamó la atención fue la diversión que vivimos dentro del mismo tren que nos trasladaba. Sabor, baile y tragos se juntaron para armar el alboroto en medio del zigzagueante movimiento del Ferrocarril Central Andino.
Pasaron las horas y llegamos muy tarde a Huancayo, capital de Junín. La única opción que teníamos era irnos a dormir. Y eso hicimos. Sabíamos que el próximo día iba a ser muy fuerte.
A la mañana siguiente, emprendimos camino hacia el distrito de Pomacancha, ubicado en la provincia de Jauja. Al llegar al lugar, asistimos a un ritual a favor de la tierra que fue oficiado por “un laya andino”, una especie de sacerdote del altiplano.
Hojas de coca, chicha de jora, maíz y mucha fe impregnaron el sublime momento de contacto con la naturaleza. La celebración duró cerca de dos horas.
Tras terminar la incursión en Pomacancha, nos dirigimos al distrito de Janjayllo para presenciar una propuesta de turismo vivencial. Allí nos recibió una representante del lugar.
"Promovemos el turismo vivencial y el estilo de vida que ofrece cada una de las familias. El plan de vida, los “fitotoldos”, donde se puede producir productos como frutas y verduras propias de la costa", señaló Lucila Barrera, alcaldesa de de dicha jurisdicción.
Nuestro viaje finalizó con la visita al distrito de Acolla, conocido por ser cuna de músicos y de una danza festiva llamada la Pachahuara.
"Es una danza que nace en rememoración al sufrimiento de los esclavitud de los negros africanos que estuvieron aquí durante el coloniaje. Significa amanecer de mi tierra”, dijo Fabio Inga, presidente de la comunidad campesina de Acolla.
Así nos despedimos de Junín que cada día se pone como desafío ser una de las mejores regiones del Perú. Y, claro, poner en valor su red turística, arqueológica y cultural. Al menos, por lo visto, van por buen camino.
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