Miraflores fue escenario por segunda vez de exposiciones de arte, instalaciones, conciertos y hasta una peculiar procesión que se realizó hasta este domingo en la madrugada.
Las calles de Miraflores, uno de los distritos más turísticos de Lima, fueron abarrotadas por miles de peatones hasta casi el amanecer de hoy por las exposiciones de arte, instalaciones, conciertos y hasta una peculiar procesión, que formaban parte de la Noche en Blanco.
Con el lema "la calle es tuya" más de 100 artistas peruanos y europeos paralizaron por 10 horas el tráfico y alejaron al público de los ruidos y paisajes habituales para acercarlos a propuestas con humor, ecológicas y contemplativas.
La Noche en Blanco propone recorrer en un circuito nocturno los espacios públicos cotidianos transformados por la intervención de pintores, escultores, fotógrafos, entre otros.
Esta noche tuvo su mayor cómplice al artista plástico peruano Fernando Gutiérrez, conocido como "Huanchaco", quien propuso un homenaje al controvertido cineasta nacional Leonidas Zegarra, director de películas como "Una chica buena de la mala vida", "Vedettes al desnudo" y "Poseída por el diablo".
Al son de la marinera que entonaba una banda de músicos, una fervorosa comparsa iluminada por antorchas de colores y cirios paseaba en andas una gran escultura dorada de Zegarra, procesión que era encabezada por el cineasta y dos de sus musas: la actriz boliviana Mariana Liquitalla y la excongresista y bailarina peruana Susy Díaz.
Ni el llamativo traje color metálico de Zegarra pudo contrarrestar la popularidad de Díaz, que a cada paso del recorrido inundado con olor a sahumerio era fotografiada por el público.
En el óvalo de Miraflores, una escultura en carrizo y papel celofán de Santa Rosa de Lima, de varios metros de altura, iluminaba el camino a seguir de la velada cultural.
El parque principal del distrito se asomaba como el escenario de la instalación "Árboles que respiran", en la que el inglés Laurent Louyer creaba una experiencia sensorial con la naturaleza a partir de la sincronía de la iluminación y el sonido.
Esta muestra podía ser percibida desde una larga plataforma de tres metros de altura que atravesaba gran parte del parque, por lo que cientos de personas aguardaban en inmensas colas para poder ingresar.
El amplio parque también albergó conciertos electrónicos como el del polaco Vanderson que fue disfrutado por gente de todas las edades.
En la avenida Larco, una de las más transitadas en Miraflores, se desplegaron los "1.000 metros de pintura peruana", donde unos 80 artistas tapizaron la calle con motivos andinos, geométricos, abstractos y surreales.
Un gran ojo colgante que despierta y se dirige a todos los peatones fue la propuesta de Eduardo Tokeshi para mantener el estado de vigía en la jornada en el pasaje Tarata.
En las calles también se podía ver muestras de videoarte que se apoderaban de las paredes de los edificios y que eran vistas a distancia por el público.
Diversas galerías también se unieron a esta noche de arte y abrieron sus puertas para mantener despierta a la multitud.
La Noche en Blanco fue una oportunidad para que niños, jóvenes y adultos se apropien y disfruten de espacios públicos guiados por el arte.
EFE
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