El premio nobel de literatura reveló que uno de sus primeros trabajos consistía en contar muertos. Además, agradeció a su agente literaria, Carmen Balcells. ´Sería leído por la décima parte de los lectores que tengo si no hubiera sido por ella´, dijo.
El premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa contó en Enfoque de los Sábados de RPP anécdotas poco conocidas de su vida, como el haber tenido siete trabajos mientras estudiaba en la universidad.
Entre los tantos "trabajos alimenticios", como los califica, Vargas Llosa destacó uno en el que se dedicaba a fichar cadáveres, que realizaba los fines de semana en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima.
"Había unos cuarteles del cementerio de los que se habían perdido los registros. Me encargaron que hiciera la lista de los muertos. Me iba los fines de semana a fichar a los muertos, y recuerdo que me pagaban por muerto", recordó entre risas.
Hoy, ganador del Nobel del Literatura, Vargas Llosa recuerda con cierto humor el haber tenido siete trabajos mientras estudiaba. "Eso no sé si habla bien de la universidad, pero pude seguir mis estudios pese a tener siete trabajos", comenta.
En otro momento de la conversación, Vargas Llosa tuvo un encuentro con Carmen Balcells, su agente literaria y amiga personal. "Creo que yo sería leído solo por la décima parte de los lectores que tengo si no hubiera sido por Carmen, capaz de crear lectores de la nada", comentó.
"¿Cómo has hecho para que me den el Nobel?", le preguntó Vargas Llosa, arrancando una sonrisa de su amiga. "Pensaba tener tres meses y medio tranquilo en Nueva York, pero, de repente, mi vida se ha convertido en un loquerío frenético", señaló Vargas Llosa con cierta ironía.
Vargas Llosa señaló, además, que ha recibido una carta de la Academia Sueca, en la que le informan que la entrega oficial del Nobel, a realizarse en diciembre próximo, le tomará una semana entera. "Será una semana de trabajo incesante. Te dan el premio Nobel, pero durante una semana te exprimen como un limón. Va ser una semana terrible", comentó entre risas.
Entre los tantos "trabajos alimenticios", como los califica, Vargas Llosa destacó uno en el que se dedicaba a fichar cadáveres, que realizaba los fines de semana en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima.
"Había unos cuarteles del cementerio de los que se habían perdido los registros. Me encargaron que hiciera la lista de los muertos. Me iba los fines de semana a fichar a los muertos, y recuerdo que me pagaban por muerto", recordó entre risas.
Hoy, ganador del Nobel del Literatura, Vargas Llosa recuerda con cierto humor el haber tenido siete trabajos mientras estudiaba. "Eso no sé si habla bien de la universidad, pero pude seguir mis estudios pese a tener siete trabajos", comenta.
En otro momento de la conversación, Vargas Llosa tuvo un encuentro con Carmen Balcells, su agente literaria y amiga personal. "Creo que yo sería leído solo por la décima parte de los lectores que tengo si no hubiera sido por Carmen, capaz de crear lectores de la nada", comentó.
"¿Cómo has hecho para que me den el Nobel?", le preguntó Vargas Llosa, arrancando una sonrisa de su amiga. "Pensaba tener tres meses y medio tranquilo en Nueva York, pero, de repente, mi vida se ha convertido en un loquerío frenético", señaló Vargas Llosa con cierta ironía.
Vargas Llosa señaló, además, que ha recibido una carta de la Academia Sueca, en la que le informan que la entrega oficial del Nobel, a realizarse en diciembre próximo, le tomará una semana entera. "Será una semana de trabajo incesante. Te dan el premio Nobel, pero durante una semana te exprimen como un limón. Va ser una semana terrible", comentó entre risas.
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