Entrevista | Javier Cercas: "El pasado no existe, de algún modo es presente"

Javier Cercas es una de las voces más potentes de la actualidad. Sus columnas y comentarios nunca pasan desapercibidos, nunca dejan a uno bien peinado. También es uno de los escritores contemporaneos más celebrados desde el lanzamiento de Soldados de Salamina en 2001. El español fue uno de los invitados estelares del Hay Festival Arequipa que este domingo llega a su fin.

En la antesala del evento, Cercas conversó con Patricia del Río en el programa Letras en el Tiempo de RPP, con motivo de su visita al Perú y del reciente lanzamiento de su novela El monarca de las sombras, cuyo eje es uno de los temas recurrentes del escritor: la guerra civil española.

Comencemos hablando de tu visión de las guerras civiles, que son la manifestación más horrenda de la guerra, que en todos los casos son horribles

Se dice que una guerra civil es la peor guerra y creo que es verdad. También se dice que toda guerra es una guerra civil. En todo caso, la Guerra Civil Española fue una atrocidad y de hecho se puede leer como el primer acto de la Segunda Guerra Mundial. Para todo el mundo fue algo importante, porque murieron personas de muchísimos países. Contrariamente a lo que dicen los libros de historias, la Guerra Civil Española no duró tres años. Los historiadores dicen que abarcó de 1935 a 1939. Pero la verdad es que duró hasta 1975, que fue cuando concluyó el franquismo. Y el franquismo fue la prolongación de la guerra por otros medios. Algunos de mi libros tratan de este evento, pero no como arqueología, como algo pasado, sino como algo presente. El presente sin memoria es un presente mutilado, es un presente que no se entiende. 

Cuando se atraviesa por un proceso como el de la Guerra Civil Española, no se si el presente se resuelve. Podríamos decir que la guerra no acaba con la caída de Franco, tal vez no acabó nunca.

El pasado no está muerto, de algún modo es presente. Una guerra tarde generaciones en curar las heridas que ha dejado. En una guerra tan atroz, donde los vecinos matan a sus vecinos y los hermanos a sus hermanos, hay cosas difíciles de superar. En la medida que hayan testigos de esas guerras, esa memoria seguirá operando en el presente. En el Monarca de las sombras no hablo de la Guerra Civil, sino de la herencia de la Guerra Civil, de la herencia de violencia con la cual todos cargamos. Y esto es universal, ocurre en el Perú, en España y en todas partes.

Pensaba en la reaparición de partidos neonazis en Alemania, que uno imaginaba que no iba a ocurrir. De qué manera un conflicto nunca llega a resolverse y finalmente termina repitiéndose con otras caras. 

Bernard Shaw decía algo que me gusta mucho: "Lo único que se aprende con la experiencia es que no se aprende nada de la experiencia". Parece que estuviéramos condenados a repetir una y otra vez las mismas cosas. Tú mencionas una anécdota atroz en Alemania. Creo que en ese sentido América Latina funciona diferente, pero en Europa y en Estados Unidos lo que hemos hecho de manera flagrante es repetir los errores que cometimos en la década de 1930.

En el Monarca de las sombras cuento la historia de mi tío abuelo y de cómo fue acogido por ideologías que prometían el paraíso y convirtieron todo en un infierno. Eso mismo está pasando ahora en distintas partes. Han vuelto a surgir los movimientos populistas, que antes eran marxista y comunistas, los líderes carismáticos, las políticas épicas y sentimentales. Por eso insisto que esta novela no habla del pasado, sino del presente.

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