Dios escogió a San José para que sea el padre adoptivo de Jesús y se comunicó con él mediante sueños.
San José es un ejemplo de esposo y de padre. Dios lo escogió entre toda la humanidad para criar y proteger a su hijo Jesucristo y servirle de ejemplo a través de su vida, educándolo y moldeándolo como hombre.
La historia de San José la conocemos gracias a los evangelios de San Lucas y San Mateo. Su vida está llena de peculiaridades y misterios. Uno de ellos son los tres sueños que tuvo, en los cuales recibió mensajes del Cielo para poder salvarle la vida a nuestro salvador.
Los sueños. En el primero un Ángel le contó que el hijo que esperaba María era obra del Espíritu Santo y que debía cuidarlo y protegerlo. En un segundo le avisó que Herodes buscaba al niño Jesús y que debía huir a Egipto para salvar su vida. En el último le reveló que Herodes ya había muerto y que podía volver a Belén.
Gracias a estos sueños reveladores que tuvo San José, Jesús pudo estar a salvo y cumplió su misión en esta tierra: salvar a la humanidad de sus pecados.
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