Los duques de Sussex, ya alejados de la familia real británica, repartieron comida para enfermos crónicos en Los Ángeles, California.
El príncipe Harry de Inglaterra y su esposa Meghan Markle repartieron comida a enfermos crónicos, en su primera actividad pública desde que se mudaron a California al comienzo del confinamiento por la pandemia del coronavirus.
La pareja, que oficialmente abandonó sus funciones como miembros de la realeza, se ofreció como voluntaria del proyecto Angel Food, que entrega al día unas 600.000 comidas médicamente aprobadas a enfermos con condiciones que pueden ser mortales.
"Estuvieron aquí el domingo de pascua y luego nos sorprendieron el miércoles", dijo la gerente de comunicaciones Anne-Marie Williams. "Repartieron a unos 20 de nuestros beneficiarios y quedaron felices".
Un comunicado de la ONG dijo que "entregaron comidas para aliviar la carga de nuestros conductores sobrecargados de trabajo", tras un aumento en la demanda desde que comenzó la orden de permanecer en casa por la COVID-19.
La pareja se instaló en California el mes pasado después de anunciar en enero que tenían la intención de dejar la vida real y "trabajar para ser financieramente independientes".
Han mantenido desde entonces un perfil bajo, incluida la ubicación de su actual residencia, que según información no confirmada estaría en Malibú.
Se supo la semana pasada que están planeando lanzar una amplia ONG en Estados Unidos llamada Archewell, que incluirá grupos de apoyo emocional, un vasto contenido educativo multimedia y un sitio web de bienestar. El lanzamiento se pospuso por la crisis de la pandemia.
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