La cifra — por debajo de la remuneración mínima vital (930 soles) — muestra que la precariedad del empleo amplia las brechas entre los sueldos de hombres y mujeres. ¿Qué factores influyen en esta desigualdad?
El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) señala que tres cuartas de las mujeres ocupadas laboran en condiciones de informalidad. Y si la brecha salarial en el sector formal está entre el 15% y 16%, en el sector informal llega al doble. "Es muchísimo más grave en la informalidad y, especialmente, en el autoempleo", señala Hugo Ñopo, especialista jefe de la Organización Internacional del Trabajo.
De hecho, tratar de cerrar esta brecha con normas en materia laboral resulta ineficaz, debido a que la regulación laboral no aplica en la informalidad. Además, ¿Por qué existen más bajas remuneraciones en el autoempleo, donde los ingresos dependen de las iniciativas y del trabajo de uno mismo en el mercado? "La solución de este enigma pasa por pensar en los vasos comunicantes que existen entre el mundo del trabajo y del hogar", dice Ñopo
"Las mujeres tendemos a aceptar empleos más flexibles. No importa si nos pagan un poco menos, pero nos permiten conciliar el trabajo con las labores de cuidado (en la familia)" dice Carolina Trivelli, investigadora del Instituto de Estudios Peruanos y exministra de Desarrollo e Inclusión Social. El estudio de Lavado, "Penalizaciones salariales por maternidad" (2016) advierte que las madres trabajadoras peruanas tienen una jornada laboral de 80 horas semanales. 19 horas más que aquellas que no tiene hijos.
Empleos informales como la venta ambulatoria, preparación de alimentoso o tener un negocio en casa mantienen a la mujer más disponible para atender las necesidades del hogar. Pero este tipo de trabajo no permite a las mujeres ser más productivas laboralmente ni tener un crecimiento profesional. "Si una persona solo puede dedicar pocas horas diarias a su empleo, va a ser difícil que perfeccione sus métodos, que mejore procesos, alcancé volúmenes de producción o economías de escala" afirma Ñopo. Cambiando la distribución de horas y responsabilidades domésticas entre hombres y mujeres, es que estas últimas tendrán la posibilidad de contar con un trabajo estable y formal.
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