Especialista médico analiza técnicas para enfrentarla, como las mallas vaginales, de colocación con mínima intervención quirúrgica
En el Perú, la incontinencia urinaria es un problema con índices bastante altos de los que oficialmente se registran. Son muchas las mujeres que ÂÂÂpor vergüenza- no se tratan sino hasta padecer la disfunción de manera grave, alterando su vida, al no poder contener la orina en momentos como cuando ríe o se mueve bruscamente, acaban marginándose del resto de la gente y creando un complejo de inseguridad. Situación innecesaria, según aclara el ginecólogo Enrique Flint, quien analiza esta realidad, así como las técnicas actuales, como las mallas vaginales que solucionan el problema permanentemente.
"El porcentaje es relativamente alto, aunque es un tipo de problema oculto, difícil de medir. Normalmente la gente no lo refiere a menos que se le haga una pregunta directa. Los porcentajes varían de acuerdo a la edad de la población que veas, siendo más altos cuanto mayor es la edad de la población estudiada. Así, tenemos que aproximadamente un 5 a 7 % de las mujeres menores de 44 años puede sufrirla, lo que sube en 8 a 15 % en mujeres de 45 a 64 años y un 10 a 20 % en la población femenina mayor de 64 años", señala el especialista médico.
La falta de atención lleva también a consecuencias físicas como infecciones urinarias, irritación de piel y, sobre todo, disminuir la calidad de vida de la persona. "Ya no puede estar tranquila y teme reír, correr, toser, etc, por la posibilidad que se le escape la orina. Es triste que la gente arruine su vida por algo que normalmente tiene solución", acota el médico.
Mallas que mejoran la vida
Una de las alternativas más eficaces, que se usa en el Perú hace años, es el implante de mallas contra la incontinencia urinaria. La técnica TVT (de sus siglas en inglés tensiona-free vaginal tape) o malla vaginal sin tensión, implica una cirugía poco agresiva.
El doctor Flint detalla el proceso: "Se hace por vía vaginal, sin cicatriz en el abdomen. La paciente se recupera en forma rápida y los resultados a largo plazo son muy buenos. Es mejor que las cirugías de antes, en que en 5 a 10 años (y a veces antes) un porcentaje regular de pacientes volvía a tener la molestia".
Si bien el costo es mayor, las mallas son una alternativa. Pueden ser usarlas para diferentes patologías, desde incontinencia de orina hasta prolapsos de vejiga, intestino, útero o prolapsos luego de histerectomía. En cada uno de estos casos pueden hacerse también otras técnicas, que hoy en día normalmente serían por vía laparoscópica pura o asociada a la vía vaginal. Cuando se hacen estas operaciones, muchas veces se asocia a lo que conoce como "rejuvenecimiento vaginal", por lo que la paciente queda doblemente satisfecha, tanto desde el punto de vista funcional como desde el estético. La malla se integra al tejido de la mujer, por lo cual no hace falta ser cambiada.
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