Tras enterarse que su esposo había sido liberado de la cárcel, la cantante emprendió un viaje turbulento a Gran Bretaña.
Amy Winehouse pasó 71 días en una isla paradisíaca en Santa Lucía pero, al enterarse de que su esposo Blake Civil-Fielder había sido puesto en libertad, la cantante decidió tomar un vuelo para regresar a casa.
Pero al parecer a Amy le cuesta mucho alejarse de los escándalos, ya que esta vez la artista protagonizó un fuerte altercado con un pasajero.
Un diario inglés aseguró que Winehouse discutió fuertemente con un hombre y hasta pensó propinarle un golpe en el ojo porque le parecía que el tripulante tenía una apariencia extraña.
Testigos aseguraron que la intérprete estaba malhumorada y nerviosa por su retorno a Gran Bretaña y por volver a ver a Blake.
Al llegar al aeropuerto de Londres, Amy declaró: "Me encanta este país más que a nadie en el mundo".
Ella tuvo una bienvenida en su nueva casa del norte de Londres y aseguró estar dispuesta a mantenerse alejada de las drogas por sus familiares y amigos.
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