Norton encarna a Eric Byer, el hombre detrás de los programas de inteligencia por la CIA, que decide destruir cualquier rastro de su creación, antes de que Bourne.
La multimillonaria saga del espía Jason Bourne renace este viernes en las salas de EE.UU. con su cuarta entrega, "The Bourne Legacy", que presenta una conspiración a gran escala orquestada por el personaje de Edward Norton, a quien le atrajo la autenticidad y realismo de la trama.
"En el género de espías hay películas muy populares, como las sagas de James Bond o Misión Imposible, pero para mí son historias de fantasía, casi de superhéroes. Bourne no es así", comentó el actor.
"Las películas de Bourne tienen un tono realista y verdadero. Te quedas con la sensación de que lo que ves es lo que realmente ocurre tras las cortinas del mundo en el que vivimos. Esa autenticidad es lo que las hace tan atractivas", añadió. "The Bourne Legacy" llega a las salas tras pasar por un proceso de transformación.
Ya sin Paul Greengrass en la silla de director ni con Matt Damon como protagonista, ahora esas funciones quedan en manos de Tony Gilroy, coautor de los guiones de las tres cintas anteriores de la saga, y el recién llegado Jeremy Renner, candidato al Óscar por "The Hurt Locker".
Norton encarna a Eric Byer, el hombre detrás de los programas de inteligencia implementados por la CIA y el Departamento de Defensa de EE.UU., que decide destruir cualquier rastro de su creación, incluidos sus superagentes, antes de que Bourne destape esa estructura.
El personaje de Renner es uno de los superagentes del programa Outcome, designados para misiones solitarias y de alto riesgo.
"Mi papel no es un villano en el sentido clásico. Esta película es diferente a las tres anteriores en el sentido de que Bourne no recordaba lo que había hecho. Aquí, sin embargo, hay unos personajes comprometidos por sus decisiones. Nadie es una víctima", manifestó.
En la cinta, Aaron Cross (Renner) es un asesino a sueldo que necesita seguir tomando una medicación para mejorar sus cualidades como superagente, mientras que Byer no duda en matar a personas con las que ha trabajado codo con codo.
"Me encanta el juego de grises con el que ha operado el director", declaró Norton, quien indicó que decidió embarcarse en el proyecto por trabajar con Gilroy.
"Soy muy fan de él. Me sorprendió que decidiera dirigir la película, pero me persuadió de que sería divertido e interesante. Estoy en un punto de mi carrera en el que sólo quiero trabajar con gente que me gusta", afirmó el nominado al Óscar por "Primal Fear" (1996) y "American History X" (1998).
A menudo calificado como el mejor actor de su generación, Norton recela de esa etiqueta y asegura que es una estimación "sin peso real" para él.
EFE
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