El cantante británico, dueño de una trayectoria con más de 30 discos, celebra su cumpleaños número 73 este 25 de marzo en medio de la cuarentena por el nuevo coronavirus.
Un hombre sobre el escenario y frente al piano define, casi por entero, la imagen popular que se tiene de Elton John. Pero también hacen falta algunos detalles: un traje extravagante, unas gafas rutilantes, una cabellera pelirroja. Y, cómo no, un fondo musical melodioso, sostenido por su envolvente voz.
Era 1947 en el condado de Middlesex, en Inglaterra, cuando nació Reginald Kenneth Dwight un día como hoy, 25 de marzo. A los 11 años, sin embargo, su futuro como Elton John ya iría perfilándose desde que diera muestras de su talento para la ejecución del piano y recibiera una beca para la Royal Academic of Music.
El músico que bautiza a sus pianos con nombres de mujeres, cuya incansable trayectoria acumula más de 3,500 conciertos en 80 países, no parece ceder a las pausas. Una reciente neumonía detuvo sus presentaciones en Nueva Zelanda, aunque él parece más activo que nunca en sus redes sociales, desde donde envía mensajes a favor del confinamiento en tiempos del nuevo coronavirus.
REGGIE, EL INICIO DE TODO
Antes de adoptar el seudónimo de Elton John, se hacía llamar Reggie. Corría 1964 y fungía de pianista en la banda Bluesology, proyecto que duró tres años y puso en marcha su carrera. Además de experiencias, de esta aventura iniciática extrajo el nombre con que cobró fama: Elton, por el saxofonista Elton Dean, y John, por el cantante Long John Baldry.
A este grupo llegó tras abandonar la Royal Academic of Music y apostar por incursionar en el rock, un ritmo que había capturado a toda su generación. La música de Elvis Presley, Little Richard, Jerry Lee Lewis, entre otros, había inoculado su sensibilidad musical y el entonces joven Kenneth Dwight empezó a incubar una vocación de rock star.
En 1967 ocurrió un hecho decisivo en su vida: una revista británica buscaba nuevos talentos y, al acudir a esta convocatoria, conoció al poeta Bernie Taupin, que resultó ser un prodigioso letrista con quien escribió la mayor parte de su obra, dueña de más de 30 discos. La relación de ambos, explorada en el biopic “Rocketman”, fue vital para que Elton John alcanzara el estrellato.
LOS AÑOS SETENTA, SOMBRÍOS Y DORADOS
A inicios de 1970, éxitos como “Tiny Dancer”, “Levon”, “Rocketman”, entre otros, hicieron que Elton John se consagrara como uno de los músicos más populares en el mundo.
Su encanto como artista, más allá de su estilo musical que explora diversos géneros como el folk, el country rock, el disco, etcétera, pasándolos por el tamiz de su pop glamoroso, residía en su actitud provocadora, situada entre la ambigüedad sexual y los trajes estrafalarios.
Sin embargo, a la vez que su ascenso en el mundo de la música cobraba mayor relevancia, su vida privada iba tomando un descenso emocional hacia un remolino de adicciones a las drogas y el alcohol.
En 1975, por ejemplo, subió drogado al escenario donde tocaban los Rolling Stones para interpretar “Honky Tonk Women”, bajo la mirada desaprobatoria de Keith Richards, según confesó en su autobiografía “Me”, publicada en el 2019.
De allí que no sea casual que, en 1976, la revista Rolling Stone titulara así una entrevista al artista británico: “Elton John está solitario en lo más alto”. Precisamente, durante esa famosa conversación, el artista decidió abrir las compuertas de su intimidad y revelar su condición sexual.
“Estoy atravesando una etapa en la que cualquier señal de afecto podría ser bienvenida a un nivel sexual. Preferiría enamorarme de una mujer, eventualmente, porque pienso que una mujer probablemente duraría mucho más que un hombre. Pero realmente no lo sé”, dijo entonces.
RECUPERACIÓN Y AL BORDE DE LA MUERTE
Con el tiempo, Elton John sabría vencer sus propios demonios. Aunque alejado de Taupin, los años ochenta fueron propicios para mantenerse en la cima que había alcanzado, con un álbum de éxito como “Too Low for Zero”, una participación aclamada en el concierto Live Aid, en 1985, y un Grammy en 1986 por su tema “That’s What Friends Are For”.
La década de 1990 estuvo marcada por un nuevo propósito en su vida: mantenerse sobrio. Así, tras rehabilitarse de su consumo de alcohol y drogas, su retorno a los escenarios se hizo a lo grande con la canción “Don’t Let The Sun go Down On Me”, que grabó junto a George Michael. Pero la muerte de sus amigos ensombrecerían este periodo: Freddie Mercury, la princesa Diana, Gianni Versace... todas estas pérdidas fueron cruciales en su vida.
No obstante, Sir Elton John llegó al 2000 en buena forma, ungido por la corona británica y todavía acompañado por su pareja David Furnish, cineasta canadiense con quien se uniría civilmente en el 2014 y tendría dos hijos. Luego de sobrevivir al cáncer de próstata en el 2017, situación que lo puso al borde la muerte, las giras alrededor del mundo continúan para el cantante. Y aunque, actualmente, pasa su confinamiento jugando serpientes y escaleras, su gira por Estados Unidos fue postergada hasta que culmine la pandemia.
El telón sigue arriba. Y Elton John continuará tocando el piano.
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