El actor dejó en claro que su esposa no es perfecta. ¿Adivinas cuál en dónde radica su falla?
George Clooney sigue tan enamorado como aquel día de setiembre en el que contrajo matrimonio con Amal Alamuddin (37) en Venecia. Por ello no deja de decir a todo aquel que le pregunte que la inteligencia de su mujer es mucho mayor que la suya, y que en cualquier argumento que quieran defender siempre ganará la abogada de derechos humanos.
“No tengo la menor duda de que mi mujer es más inteligente que yo, ¡y eso me encanta! Es bueno rodearte de gente más inteligente que tú y en mi caso el listón estaba muy bajo. Amal está muy por encima de mí. Es genial. La única manera de ganarle una discusión es jugando una pulseada. Si ponemos nuestros codos en la mesa y hacemos fuerza, esa es mi única opción de ganar. Porque si es una lucha intelectual, ahí me gana”, cuenta Clooney al Daily Mail.
Sin embargo, no existe la mujer perfecta, y hay algo en lo que Amal no destaca: la cocina.
“La especialidad de mi mujer es… hacer reservas en restaurantes. Su madre también es experta en reservar. Yo hago una pasta muy rica por todo el tiempo que he pasado en Italia. También hago un buen desayuno y soy especialmente hábil con las cenas de Acción de Gracias”, aseguró el actor.
Clooney (54) se había jurado no volver a casarse después de que su matrimonio con la actriz Talia Balsam fracasara tras cuatro años (1989-1993), pero al conocer a Amal cayó rendido a sus pies, para sorpresa de él mismo.
“No pensaba casarme, pero luego conocí a alguien con la que me di cuenta de que quería pasar el resto de mi vida. Solo esperaba que ella sintiera lo mismo. Desde que conocí a Amal hasta ahora la idea de pasar el resto de mi vida con ella ha sido la cosa más importante para mí, y lo que más feliz me hace. No podría ser más feliz. Tengo una gran compañera de vida, y nunca pensé que tendría eso”, confesó.
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