Tras dos años de la trágica muerte de su esposa, el actor irlandes cuenta que hasta ahora el dolor lo golpea pero lo esquiva a punta e trabajo.
Al principio, Liam Neeson no sabía cómo lidiar con el dolor que lo golpeó después de la muerte de su esposa, Natasha Richardson.
"Creo que algunos sobreviven huyendo. Huyendo a trabajar", dice Neeson, de 58 años, en la edición de marzo de Esquire, a la venta el 22 de febrero.
Pero fue la única distracción que lo ayudó durante tanto tiempo. "Esa es la cosa rara de dolor", añade. "No es posible prepararse para ella. Crees que vas a llorar y acabar de una vez. Uno hace esos planes, pero nunca funcionan."
Casi dos años han pasado desde que Richardson murió a los 45 años en un accidente de esquí en Canadá, y aún así, "Te golpea en la mitad de la noche, me golpea en la mitad de la noche", dice Neeson.
"Me voy a caminar. Me siento algo contento. Y es como de repente, boom. Es como que si acabara de salir de tu pecho."
Neeson, de 58 años, quien protagonizará próximamente el thriller de acción Unknown, también recuerda las horas después del accidente de Richardson.
La Sala de Emergencias
"Entré a emergencia, había como de 70, 80 personas, brazos rotos, ojos negros, todo eso, y por primera vez en años, nadie me reconoció", recuerda."Ni las enfermeras, los pacientes, nadie y he llegado hasta aquí, y no me dejaban verla y estaba mirando más allá de ellos, comenzando a empujar. Y sentía como “Mi…., sé que mi esposa allá en alguna parte ".
"Saqué un teléfono celular, y un guardia de seguridad aparece y me dice: "Lo siento, señor, usted no puede usar eso aquí”, y estoy a punto de preguntarle si me conocía, cuando se va a responder una llamada telefónica. Entonces salí y hacía frío y pensé: ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a lograr pasar la seguridad?"
"Y veo a dos enfermeras, señoras, con un cigarrillo", continúa. "Subo, y por suerte una de ellas me reconoce y yo iba a decir que estaba tan agradecido por primera vez en no sé cuánto tiempo por ser reconocidos y ella dijo: "Ve por esa puerta de atrás”, me señala. "Gire a la izquierda. Ella está en una sala allí". Así que llegué, justo a tiempo”.
Desde ese momento, dice, su vida cambió.
"Y todos esos médicos jóvenes, que parecían de 18 años de edad, me dijeron lo peor", dice Neeson, frunciendo los labios. "Lo peor".
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