La actriz le pidió a su abogado retrasar su entrada en un centro de rehabilitación hasta después del festival musical.
La díscola estrella de Hollywood Lindsay Lohan quiere retrasar su ingreso a un centro de rehabilitación, pues espera disfrutar del festival Coachella, que se realizará del 12 al 21 de abril.
Consciente de su bohemia, la actriz prefiere esperar a que pase su festival preferido junto a su nuevo novio, Avi Snow, por lo que ha pedido a su abogado retrasar su entrada a la clínica, según informan medios estadounidenses.
Una fuente cercana a LiLo aseguró que la joven no piensa faltar al festival porque “es muy importante para ella, por alguna extraña razón”. A pesar de todo, ha prometido no meterse en ningún problema durante el festival.
Como se sabe, Lohan deberá internarse en un centro de rehabilitación por 90 días, hacer 30 días de trabajo comunitario y completar 18 meses de psicoterapia, por haber violado su libertad condicional.
Comparte esta noticia