La reina del pop pasó más de media hora intentando convencer a la corte que le permita adoptar a un segundo niño.
Madona aterrizó nuevamente en Malawi para intentar resolver el proceso que le permitiría adoptar a la niña africana Mercy James.
Ella está tan desesperada por encontrar a una hermana para su hijo David (adoptado en el mismo lugar), que no dudó en acudir directamente a la corte para explicar los motivos de una segunda solicitud.
Vestida de negro y usando un sombrero blanco, la diva ingresó al edificio al promediar las 8:40 a.m. y abandonó el lugar 30 minutos después, con una gran sonrisa.
Madonna conversó con el juez Esmie Chombo y le aseguró que cuidaría a la niña como si fuera de su propia sangre, según fuentes del despacho gubernamental.
Esta semana, se espera que los familiares de la menor firmen los documentos de adopción, pese a las dramáticas escenas de dolor protagonizadas por la abuela materna.
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