El crítico literario recuerda el talento de uno de los poetas peruanos más importantes, autor de los libros “Trilce” y “Los heraldos negros”, a 80 años de su muerte.
Celebridades
Dentro de la cosmovisión andina, el trabajo no era un castigo. César Vallejo, desde su posición marxista, lo sabía.
Hace 80 años, el poeta César Vallejo falleció en París. Dos de sus libros cambiaron la forma de ver al Perú: “Los heraldos negros” y “Trilce”. De acuerdo con el poeta y crítico literario Ricardo González Vigil, sus poemas son de estilos variados y hacen que el lector se sienta orientado y enriquecido por lo que lee.
"Vallejo es un poeta difícil, pero cuando comienzas a desmenuzar [sus textos] y a sacarle la riqueza; se te escarapela el cuerpo. Hay otros poetas más difíciles, muy complejos, por ejemplo un Mallarmé, un genio. Si le explicas a la gente su poesía, no les interesa. En cambio, Vallejo, como dice en "Trilce", ‘se te vuelve miel’”, explicó González Vigil en el programa "Letras en el tiempo" de RPP Noticias.
El poeta no solo tenía un compromiso con su esposa Georgette Philippart, sino también con la cosmovisión andina. Su sensibilidad sobre lo indígena es notable en el poema de "Los heraldos negros". “En la sección de Nostalgias Imperiales, dice ‘labrase la raza de mi palabra’”, refirió el crítico.
La anécdota sobre cómo se tituló a uno de sus poemarios más importantes revela el encanto y respeto que el poeta tenía por el Perú indígena. Antes de cambiarlo a "Trilce", Vallejo había puesto al libro “Cráneo de Bronce”: el nombre hacía alusión a “Raza de Bronce”, que era como llamaban a la raza indígena para referirse a ella como una de mente brillante (inteligente). Posteriormente, el título se cambió porque fue considerado por el mismo poeta como muy modernista para la época.
“La sensibilidad andina es animista. No busca la religiosidad afuera. Todo lo percibe como sagrado, aquí y ahora. Todos los elementos de la tierra cobran sentido”, comentó González.
El concepto de solidaridad que trata Vallejo viene de su experiencia en la sierra; a partir de esta construye un contexto sobre el amor. Algunos consideran que en sus poemas hay una tristeza (por los acontecimientos de la historia del país). Sin embargo, González afirma que en la mayoría de ellos el amor triunfa sobre el dolor y se impone ante la desgracia.
“En 'Los heraldos negros' hay poemas donde el amor de los padres vence a la muerte. En "Trilce", la mamá está muerta, en la tumba, pero es una muerta inmortal. Es la resurrección mejor graficada del planeta. [Vallejo invita a ver] el mundo como si fuera un hermano”, indica.
Dentro de la cosmovisión andina, el trabajo no era un castigo. Por el contrario, dignificaba al ser humano. Según el crítico, las faenas eran una “fiesta” en la que los peruanos se sentían integrados. Los poemas de Vallejos ejemplificaban la solidaridad de manera metafórica. “Para Vallejo, lo más valioso era la tierra y no el oro; era el hombre y su labor, no la plata española”, comentó.
Celebridades
El español Pablo Picasso hizo del rostro de César Vallejo una obra de arte: "¡A este sí lo pinto!", dijo.
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