´Rigoletto´ supera ´maldición´ en el Real con Juan Diego Flórez de espectador

"Rigoletto", la ópera de "La donna e mobile" y una de las que más queridas y representadas en España, ha superado esta noche en el Teatro Real la "maledizione" y todo ha salido "bien", con un espectador inopinado, Juan Diego Flórez, el tenor perunao que iba a representar al duque de Mantua cuando se programó.

"Bien, me ha parecido bien", ha dicho a Efe un lacónico Flórez nada más concluir la representación mientras se afanaba por averiguar, medio oculto por una de las puertas laterales del patio de butacas e intentando atisbar desde su posición el escenario, si el director de la orquesta, el milanés Roberto Abbado, había subido a saludar junto al resto del elenco.

A Flórez, que fue aclamado ayer en el Real en el recital de canciones rossinianas y españolas que ofreció como "consuelo" por no interpretar al duque de Mantua -un concierto que repetirá el próximo domingo-, le ha "gustado", ha dicho, lo que ha visto.

Quien debía haberle dirigido esta noche, Roberto Abbado, ha preferido saludar desde el foso porque la férula que le han puesto para su rotura del talón de Aquiles -sufrida dos semanas antes de tener que incorporarse a los ensayos- ha limitado su movilidad de forma que ha tenido que dirigir sentado en un taburete.

El director ha sido muy aplaudido, aunque la estrella de la noche la sido la italiana, nacida en Siena, Patrizia Ciofi, la soprano que junto a la española Mariola Cantarero y la italiana Cinzia Forte componen la terna que se turnará en el papel de Gilda en ese "alarde" que son las 18 representaciones de la obra de Verdi programadas por el Real.

Ciofi ha salido a saludar titubeando porque parecía no creerse la ovación que ha recibido, aunque alguna pista debería haberle dado que tras su elegante e impecable interpretación de la famosa aria "Caro nome" ha arrancado los primeros "bravos" de la noche, que sólo han vuelto a oirse cuando el también italiano Roberto Frontali en su papel de Rigoletto ha cantado la emotiva "Cortigiani, vil razza dannata".

En el rol del duque de Mantua, el que iba a interpretar Flórez hasta que el pasado verano comunicó al Real que no lo haría porque tras haberlo hecho una vez se había dado cuenta de que no quería trabajar más en esa tesitura, ha estado más que correcto, a juzgar por los aplausos, el barcelonés José Bros -que comparte terna con el romano Roberto Aronica y el español, nacido en las islas Canarias Celso Albelo-.

Sin embargo, la opresiva y minimalista dirección de escena de Monique Wagemekers, la responsable de la producción holandesa de 1994 en la que se inspira conceptualmente este montaje, no ha gustado a todos ya que ha tenido que escuchar protestas cuando a salido a saludar.

El propósito de Wagemekers ha sido conciliar la multiplicidad de caracteres del Duque, que se divierte adoptando todas las identidades que se le antojan, la doble de Rigoletto (bufón-padre), y la nula de Gilda y para lograrlo ha diseñado una suerte de mesa de operaciones gigante que es un prodigio de ingeniería aunque en ocasiones se oiga la tramoya.

En un escenario vacío y minimalista, los 22 solistas y los 34 miembros del Coro Intermezzo -que sustituye al titular del Real- expresan la opresiva historia de miedo, autocompasión, venganza, celos y poder imaginada por Francesco Maria Piave a partir de "Le roi s"amuse" de Víctor Hugo y que ha sido representada en España ya 379 veces desde que se estrenara hace 158 años.

Este "Rigoletto", cuyo montaje ha costado dos millones de euros, y para el que no quedan apenas entradas a pesar de que son 18 representaciones -un récord en el Real- se podrá contemplar en una pantalla gigante en la plaza de Oriente el próximo sábado.

EFE