Carmen le da a Grace el número de la casa Maldini y le pide que llame porque debe cobrar una deuda pendiente.
Ante la actitud que está tomando Grace, que por ratos parece recordar su vida pasada, Carmen piensa que el momento en que la joven deba servir de algo. Entonces le alcanza un papel con un número telefónico y un celular.
“Llama a este número. Es que me deben dinero y con todo lo que está pasando a lo mejor de olvido de cobrar. Marca el número y cuando te contesten, me pasas el teléfono. Mientras voy a poner agua en la cocina”, dice Carmen.
Francesca responde su celular y se queda perpleja cuando escucha la voz de Grace al otro lado de la línea. “¿Grace?”, dice con un hilo de voz. “Sí, ¿cómo sabe que soy yo?”, responde Grace que está sorprendida de que la persona a la que está llamando la conoce. “¿Eres Grace González?”, dice muy angustiada pero Grace no responde ya que Carmen cortó abruptamente la conversación.
“¿Por qué hiciste eso?”, pregunta Grace. “Es que recordé que ya me había pagado”, se justifica. “Ya la llamaré después para disculparme”, añade. Pero en su casa, Francesca esta anonadada. Llega Peter llevándole su cognac que Madam se lo bebe de un sorbo. “Madam, ¿se siente bien?”, pregunta el mayordomo. “Acabo de hablar con Grace. Esta viva... ¡Está viva! ¡Esto es una pesadilla Peter!”, dice Francesca.
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