Tienen la esperanza de que Richard y Patrick vuelvan de la selva y se casen con ellas por lo que los esperan en la calle mirando al cielo.
Luego de saber que el avión en que volaban Richard y Patrick hacia la selva llevando un cargamento de Ángel Gaviria ha caído a tierra Teresa y Shirley son presas de la angustia y la desesperación. Teresa baja a buscar a Charo mientras que Shirley se queda al lado de su familia pero totalmente ensimismada.
Reyna le recrimina a Frida, la madre de Patrick, por lo acontecido. “¡Tanto le pediste a Dios que tu hijo no se casara con mi Shirley que les envió una tormenta y ahora deben estar hechos melcocha!”, le grita. “¡Todo es culpa tuya!”, insiste.
De pronto, Shirley se queda mirando su celular y se da cuenta que lo tiene de cabeza. “¡Entonces no se han caído! ¡Está al revés! ¡O sea que todo lo que escuchamos realmente no pasó!”, exclama y decide salir a esperar a su novio en la calle. Llega a la sala de los González y la explica su teoría a Teresa que se aferra a cualquier esperanza.
Ambas salen a la calle y empiezan a mirar el cielo pues están seguras de que Richard y Patrick aterrizarán en esa calle de Las Lomas. Charo las observa apenada desde la ventana de la casa cuando ve llegar a Isabella y Sergio a quien le pide ayuda para hacer volver a la realidad a las chicas. Sergio se niega y la deja con la palabra en la boca. Charo se las lleva a su casa y las chicas juegan con una botella vacía y dicen que jugaran con sus novios en cuanto lleguen. Charo las mira muy preocupada.
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