El 'Cholo de acero inoxidable' contó, entre muchas cosas, detalles sobre su vida, desde los abusos que presenció en su natal Abancay hasta su vida amorosa.
Camotillo ‘El Tinterillo’ tenía un verbo prodigioso, y ahora diríamos que era un ‘florero’ por naturaleza. Totalmente diferente a su creador el genial Tulio Loza, quien está acostumbrado a decir las cosas sin tapujos.
“En el colegio no era tan chancón porque estaba pendiente del ‘chuculún’ y tuve que esperar hasta segundo año para estrenarme en el recreo, cerca al río que pasaba no muy lejos del colegio”, confiesa el cómico prácticamente al abrir el diálogo con la revista Caretas.
Loza, natural de Abancay, también dio detalles de los abusos que presenció durante su niñez. Según cuenta, los gamonales y hacendados jugaban ‘tiro al blanco’ con los campesinos cuando estaban ebrios, y mantenían la terrible costumbre de desvirgar a las novias de sus trabajadores.
Sin embargo, a él la suerte le sonrió a pesar de ser el tercero de 13 hermanos. En su momento él fue el rey de la televisión peruana, y cuando lo deportaron a Argentina protagonizó cinco películas con Porcel y Moria Casán.
Declarado ‘viudo de una mujer viva’ (solo se casó una vez y se encuentra en trámites de divorcio) asegura: “Me gusta bailar pegadito ya que la mujer es el gran regalo que nos ha dado papá Dios”.
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