Una de las historias más extrañas del mundo del fútbol llega desde el continente africano.
Como suele pasar en la final de la copa de un país, el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Abdel Aziz, fue invitado a ver al estadio a ver el partido definitorio de la supercopa de su país entre el FC Tevragh Zeina y el ASC Ksar. Lo que fue insólito fue lo que hizo para acabar el encuentro.
Cuando se jugaba el minuto 65 y ambos equipos empataban sin goles, el mandatario ordenó que el partido se suspensa y se defina inmediatamente por penales. ¿La razón? Supuestamente tenía una agenda apretada y tenía que estar en otro lugar rápidamente. En otras palabras, le aburrió el partido.
Fue así que el Ould Abdel Aziz (presidente desde 2009 y partícipe en diversos golpes de estados para llegar al poder) pudo seguir con la agenda de esa noche, en la cual se celebraban 55 años de la independencia de su país. El Tevragh Zeina se coronó campeón y por más increíble que parezca, las autoridades futbolísticas del país no se quejaron de lo sucedido porque se hizo “por el interés de los jugadores”.
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