Dejó un partido de fútbol al escuchar insultos racistas, fue captado fumando mientras esperaba pasar un examen de dopaje y gastó toda su fortuna en dos años comprando autos y en fiestas. Así es Kevin Prince Boateng, flamante refuerzo del Barcelona.
"En dos años gasté todo mi dinero en coches, discotecas y amigos que no lo eran", reconoció hace un par de años Kevin-Prince Boateng (Berlín, 6 de marzo de 1987), en una entrevista concedida al diario Marca.
Original de Ghana, pero nacido y criado en un suburbio berlinés, Boateng encontró en el fútbol la válvula de escape a una situación complicada: la de pertenecer a una familia de inmigrantes con escasos recursos, de padre casi siempre ausente y en la que su madre debía ingeniárselas cada día para sacar a sus tres hijos adelante.
Su habilidad con el balón le llevó a ingresar en el Hertha a los 7 años, como su hermano Jerome, un año y medio menor que él y que también se formó en el club más famoso de Berlín antes de fichar por el Hamburgo. El mayor de los Boateng, George, no fue tan bueno con la pelota como sus hermanos y acabó haciendo carrera como cantante de rap.
Pero entre los dos Boateng futbolistas también hay muchas más diferencias que coincidencias. Jerome Boateng, que juega de defensa central, hace ya ocho años que encontró la estabilidad profesional en el Bayern Múnich.
Kevin-Prince, en cambio, es un auténtico trotamundos del fútbol europeo. Además del Hertha, ha buscado su sitio en el Tottenham, Portsmouth, Milan, Schalke 04, Las Palmas, Eintracht de Frankfurt y el último, el Sassuolo Calcio, con el que ha rescindido su contrato a mitad de temporada para fichar por el Barza.
Boateng reconoce que durante años le perdió su carácter impulsivo y egocéntrico, que no se cuidó lo suficiente y que tampoco se esforzó al máximo durante los entrenamientos, pues confiaba en que su talento taparía todas sus carencias como profesional.
Y es que el Barcelona se ha cruzado, de una forma un otra, varias veces en la carrera de Kevin-Prince Boateng. En San Siro, coincidió con un ídolo de la afición culé como Ronaldinho, y su jugador preferido de pequeño fue Rivaldo, otro brasileño que también puso muchas noches el Camp Nou en pie. "Decían que yo tenía las piernas arqueadas como él", recuerda.
Además, ya sabe lo que es marcarle al Barza. Lo hizo con el Milan en la fase de grupos de la Champions League 2011-12 y en la ida de los octavos de final de la 'Champions' 2012-2013.
En el primero, batió con la diestra a Víctor Valdés, tras protagonizar una acción de auténtico 'crack'. Eric Abidal seguramente no ha olvidado cómo Boateng lo superó con un magistral caño de tacón en aquella jugada.
Quizá por eso, el exdefensa francés, que ahora ejerce como director técnico del Barcelona, sea uno de los responsables de que, más de ocho años después, Kevin-Prince Boateng haya acabado vistiendo de azulgrana.
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