Barcelona ganó la Supercopa de Cataluña desde la tanda de los penales y el colombiano ya comenzó a bailar con la camiseta azulgrana.
Barcelona se proclamó campeón de la Supercopa de Cataluña tras vencer en los penales al Espanyol (4-2) en el Camp d'Esports de Lleida en un partido que finalizó sin goles, pese a que el cuadro blanquiazul ofreció una mejor versión, con más ocasiones de gol, en la mayor parte del encuentro.
Aún así, los azulgrana salieron con más decisión. Alcácer avisó a la zaga blanquiazul en el primer minuto de partido aprovechando un error defensivo. El Barcelona empezó fuerte, aunque a partir del cuarto de hora, el Espanyol equilibró la balanza. A los 23 minutos, fue Roca el que examinaba la muralla azulgrana.
Los de Quique Sánchez Flores se fueron instalando en el partido poco a poco, hasta tener una presencia notable en el campo rival. Los blanquiazules tuvieron una doble ocasión a los 36': Pedrosa, recién entrado al campo por Dídac, hizo aparecer a Cillessen. Piatti cogió el despeje, pero su disparo fue muy desviado.
En la reanudación, el Espanyol mantenía las revoluciones. Jurado y Piatti seguían muy activos en el área de Cillessen, aunque sin acierto. Quique Sánchez Flores dio entrada a Puado, delantero del filial, por el argentino: quería más pólvora arriba. En el cuadro azulgrana, la intensidad había descendido.
Valverde intentó reactivar a los suyos con un triple cambio: entraron Hongla, David Costas y Carles Pérez y salieron Dembélé, que ofreció una versión gris, Cuenca y André Gomes. El Barcelona apenas tenía presencia en los dominios de Pau López.
La falta de acierto desembocó en una tanda de penales. El Barcelona no falló desde los once metros, mientras que el Espanyol erró dos lanzamientos. Ahí acabó todo.
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