El 8 de diciembre de 1987, el avión que traía a la mayoría de plantel y el cuerpo técnico blanquiazul desde Pucallpa hacia Lima cayó en el mar de Ventanilla.
Por Víctor Reyes Parra
Fue la noche más larga para el pueblo blanquiazul. El plantel de Alianza Lima volvía de Ucayali, donde había vencido por 1-0 al Deportivo Pucallpa por el Descentralizado. El club había alquilado un avión Fokker F-27 para el viaje de ida y de vuelta. El primero se realizó el domingo 7 de diciembre de 1987 sin problemas; el segundo, el 8 de diciembre, se estrelló a las 8:05 p.m. en el mar chalaco de Ventanilla. 43 personas murieron, entre ellas 16 jugadores del equipo y seis miembros del cuerpo técnico. Las eternas horas de búsqueda entre el lunes y la madrugada del martes no dieron mayores frutos. Solo sobrevivió el piloto Edilberto Villar, hoy de paradero desconocido.
No era cualquier plantel de Alianza: eran ‘Los Potrillos’ y el técnico era Marcos Calderón. Era una combinación de juventud y experiencia. Tras una serie de malos resultados futbolísticos a lo largo de la década, una generación de jugadores jóvenes formados en las canteras de club comenzó a tomar protagonismo a partir de 1984. El más destacado era Luis ‘Potrillo’ Escobar, un habilidoso y potente delantero que debutó en el club con 14 años. Quienes lo vieron lo consideraban el sucesor de Teófilo Cubillas. Tenía 18 cuando murió. Pudo haber seguido jugando hasta la década pasada. Pudo haber compartido equipo con Waldir Sáenz, Juan Jayo o Jefferson Farfán en Matute. Pudo haber jugado en la Selección con el ‘Chorri’ Palacios, Nolberto Solano o ‘Chemo’ del Solar. Nunca lo sabremos.
La esperanza blanquiazul
Escobar estaba acompañado por otros jugadores jóvenes como José ‘Pelé’ Casanova, Carlos ‘Pacho’ Bustamante, César Sussoni, Daniel Reyes, Benjamín ‘Colibrí’ Rodríguez, Gino Peña y los más experimentados Tomas ‘Pechito Farfán’ y José ‘Caico’ González Ganoza, dueño del arco blanquiazul desde la década pasada. En 1985, el equipo logró el Campeonato Metropolitano y en 1986, dirigidos por el técnico de Perú en México 70, el brasileño Didí, el Descentralizado. Sin embargo, con ninguno pudo ganar el título nacional. El equipo victoriano no salía campeón desde 1978, todavía con Cueto, Cubillas y Sotil en la cancha.
Didí siguió al frente del equipo a inicios de 1987, pero problemas personales lo alejaron. El equipo tuvo un mal inicio de año: quedaron sextos en el Torneo Metropolitano (la primera parte del campeonato) y fueron eliminados de la Copa Libertadores. La llegada del técnico paraguayo César Cubilla no remedió la situación. Fue así que Marcos Calderón volvió a Matute. El ‘Chueco’ era –sigue siendo- uno de los entrenadores peruanos más exitosos de la historia. Fue campeón con Sport Boys (1958 y 84), Universitario (1964, 66, 67 y 85), Sporting Cristal (1972, 79 y 80), Perú (Copa América 1975) y Alianza Lima (1975).
La herida que no cierra
Con Calderón, los fichajes de Johnny Watson, César Espino (ex Boys) y Alfredo ‘El Tanque Blanco’ Tomassini (ex Cristal) y el ascenso de nuevos juveniles como Aldo Chamochumbi, Ignacio Garretón, Juan Reynoso y Braulio Tejada, Alianza Lima entró a la lucha por el título. Jugada la fecha 18 del Descentralizado, luego de vencer por 1-0 a Deportivo Pucallpa con gol de Bustamante, Alianza era líder con 1 punto de ventaja sobre Unión Huaral. Fue allí que llegó la tragedia. Según dijo entonces La Marina, una falla de comunicación entre Villar y la torre de control hizo que este dé un giro a baja a altura y caiga en el mar. El avión se partió en pedazos.
Los esfuerzos para rescatar sobrevivientes solo consiguieron ubicar al piloto, quien contó haber visto a dos jugadores con vida tras el accidente, uno de ellos Tomassini, pero que no pudieron salvarse al tener lesiones. Él había salido ileso. Con el pasar de los días, el mar devolvió algunos de los cadáveres a las costas de Ventanilla. Otros nunca fueron ubicados. Se salvaron por no haber viajado con el equipo los jugadores Juan Reynoso, ‘Colibrí’ Rodríguez, César Espino, Juan Illescas, Richard Garrido, Arturo Guadalupe, Martín Carrillo y Ernesto Arenaza.
El Perú y el mundo reaccionan
La tragedia fue un golpe para el país. Los hinchas aliancistas lloraron por días y las autoridades realizaron numerosas ceremonias de homenaje. La Marina atribuyó inicialmente el accidente a una falla humana, pero un informe revelado en el 2006 habla de fallas técnicas y de la poca experiencia del piloto. Los cuerpos rescatados fueron despedidos por los hinchas aliancistas en Matute, donde también se exhibió la pelota con la que jugaron en Pucallpa, rescatada de los restos del avión. Del extranjero llegaron muestras de solidaridad de todo el mundo, desde Europa hasta el resto de Sudamérica. Como homenaje, Independiente de Argentina jugó un amistoso con Alianza en Matute solo nueve días después de la tragedia. El ‘Rojo’ ganó por 2-1. El gol de Alianza, uno de los más emotivos de la historia del club, lo marcó el veterano José Velásquez.
El campeonato siguió adelante. Quedaban 12 fechas, para las que Alianza obtuvo a un grupo de jugadores chilenos cedidos por Colo Colo, otros cedidos por equipos locales y recibió de vuelta a Teófilo Cubillas, ídolo del club que salió del retiro. Según recoge un informe del portal De Chalaca, también se dictó que el equipo no vuelva a salir de Lima en lo que le quedaba del fixture, con lo que los duelos que jugó como visitante ante clubes como UTC, Uniòn Minas o CNI los disputó en el Estadio Nacional. Los blanquiazules lograron ganar ese Descentralizado con una victoria ante Sporting Cristal en la última fecha, pero perdieron la final del año ante Universitario, cuyos hinchas también mostraron su solidaridad con el cántico "Alianza, amigo, la ‘U’ está contigo".
31 años después
La tragedia del Fokker, la memoria de ‘Los Potrillos’ y lo que pudo haber logrado ese equipo dirigido por Calderón son hoy parte de la consciencia colectiva del hincha blanquiazul. Todo aliancista pasó por el ritual de enterarse de la noticia o de escucharla o leerla por primera vez. Tres décadas después, el 8 de diciembre sigue siendo una fecha inevitablemente emotiva para los 'íntimos' que puede vivirse de varias formas: yendo a la misa de cada año en Matute, conversando con los hinchas más viejos sobre cómo jugaba ese equipo, viendo los goles del ‘Potrillo’ Escobar en YouTube o escuchando ‘De la victoria a la gloria’, el agridulce himno compuesto para los fallecidos en la tragedia.
En la misa del 2016 en el estadio de Alianza Lima, el padre pidió a los jugadores que salgan campeones en el 2017 a manera de homenaje a Escobar, Calderón y compañía. El plantel de Bengoechea lo logró. Este año, los blanquiazules van por el Bicampeonato, pero ningún trofeo o copa podrá eclipsar el lugar que tienen 'Los Potrillos' en el corazón del hincha blanquiazul. Por lo que fueron, por lo que pudieron ser y por lo que siguen siendo.
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