Sólo familiares, algunas autoridades de la Federación Ecuatoriana de Fútbol y del Gobierno participaron del sepelio.
Familiares y amigos del jugador ecuatoriano Christian "Chucho" Benítez sepultaron este sábado sus restos mortales en un cementerio de las afueras de Quito, tras un multitudinario velorio.
Más de 100.000 personas, según cálculos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), acudieron al coliseo "Rumiñahui" de la capital, donde se levantó desde ayer, viernes, una capilla ardiente con su féretro.
Filas interminables de aficionados pasaron por el lugar para dar el último adiós al futbolista, que el pasado lunes falleció por una insuficiencia cardiaca congénita, que no había sido posible detectarla antes, según han informado autoridades de la FEF.
ÚLTIMO ADIÓS
Con honores, el féretro de Benítez fue trasladado desde el coliseo "Rumiñahui" hasta el cementerio "Monte Olivo", en las afueras de la ciudad, en un recorrido en que una multitud hizo una calle de honor al paso de la carroza fúnebre.
Resguardado por policías en motocicletas, en el marco de una gran operación de seguridad, el cortejo mortuorio recorrió varias calles de la ciudad y se interrumpió en el cementerio, donde, por decisión de la familia, se impidió el paso de la gente.
Sólo familiares, algunas autoridades de la FEF y del Gobierno y sus amigos más cercanos participaron del sepelio.
No obstante, cientos de personas permanecieron en las afueras del campo santo y despidieron al jugador con aplausos, llanto y la mayoría con la mirada clavada al suelo y resignada con la pérdida del popular futbolista.
Al finalizar el velatorio en el coliseo "Rumiñahui", el presidente de la FEF, Luis Chiriboga, entregó a la esposa de Benítez, Liseth Chalá, la camiseta de la selección con el número 11, dorsal que ha sido retirado del equipo, con el que siempre actuó "Chucho".
EFE
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