El 2012 fue el año más difícil para el expresidente íntimo, cuando aún en ejercicio de su cargo, se le acusó de enriquecimiento ilícito y de firmas
Guillermo Alarcón reapareció este martes después de varias semanas de estar en la clandestinidad y habló fuerte, especialmente contra la administradora del club íntimo Susana Cuba y contra el socio Andrés Pujazón; precisamente este sería el que en 2012, junto a otro socio aliancista, Oswaldo Carpio, interpusieran una demanda exigiendo 5 años de cárcel para el expresidente aliancista por enriquecimiento ilícito en perjuicio del club Alianza Lima.
En aquel entonces, el Trigésimo sexto juzgado penal de Lima solicitó no solo la prisión efectiva, sino 300 días de multa y el pago de 20 mil soles a cada uno de los agraviados. Era el inicio de la hora más difícil en la vida de Alarcón.
Un mes después, en setiembre de 2012, la Comisión de Justicia de la Asociación Deportiva de Fútbol Profesional (CJ-ADFP) inhabilitó por dos años a Alarcón, esta vez por el caso de las planillas falsas. Alarcón tuvo que pagar el valor de una UIT (Unidad impositiva tributaria, S/.3650.00) y su problema se haría más grave; por este caso hubo incluso jugadores que quedaron inhabilitados para competir con sus equipos.
Uno de los más voraces críticos del presidente aliancista en aquel momento fue George Forsyth, quien en aquel entonces dijo: “La sanción que se le aplica por dos años es por un tema de planillas. Ahora existen otros asuntos por los cuales recibirá sanciones (…) Si hubiera sanción por ser mal dirigente recibiría 80 años de cárcel”.
Este es solo un pequeño repaso de cómo se originó el tema por el que Alarcón sigue en líos con la justicia. Después de lo sucedido este martes y de las declaraciones de expresidente de Alianza, no hay duda de que el tema tiene para rato.
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