Pese a ello, preocupa el estadio de Curitiba, que es el más atrasado de los doce que serán utilizados en el Mundial.
El secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, visitó el estadio de la ciudad amazónica de Manaos, una de las doce sedes del Mundial de Brasil, y se dijo complacido con el estado de las obras, que están concluidas en un 97 por ciento.
"Es muy satisfactorio", declaró Valcke, aunque no por eso dejó de recordar que las obras deberían haber concluido en diciembre pasado, como pretendía la FIFA.
"No todo en la vida sale como deseamos, por lo que, cuando faltan 100 días para el inicio del Mundial, no es momento de lamentar eso", dijo en una rueda de prensa posterior a la visita al estadio, en el que llegó a jugar con un balón para comprobar el estado de césped.
Valcke fue consultado sobre la decisión que la FIFA se apresta a tomar sobre el estadio de Curitiba, el más atrasado de las doce que serán utilizados en el Mundial.
Sin embargo, dijo que sólo estará en condiciones de responder el martes próximo, cuando vencerá el plazo que la FIFA le ha dado a las autoridades de esa ciudad para demostrar que las obras avanzan a un ritmo adecuado, pues de otro modo pudiera ser excluida del evento.
Valcke también declinó pronunciarse sobre un endurecimiento de las penas contra aquellas personas que participen en manifestaciones y protestas, incluso durante el Mundial, contemplado en un proyecto de ley que el Gobierno brasileño enviará al Congreso en los próximos días.
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