Un mes ha pasado desde que se puso sobre el tapete el tema de la inseguridad de los estadios. Se busca que este deceso no quede en el olvido.
Ha pasado un mes desde el fallecimiento del hincha aliancista Walter Oyarce y desde esa fecha el fútbol peruano ha vivido una serie vaivenes donde el punto más alto lo puso la iniciativa del Congreso: paralizar del Torneo Descentralizado hasta solucionar la violencia en los estadios.
El 24 de septiembre se disputó el clásico del fútbol peruano en el Estadio Monumental de Ate. Universitario y Alianza Lima se veían las caras en un escenario que ya tenía antecedentes de inseguridad.
Cuando el partido había concluido ocurrió la tragedia que enlutó a nuestro balompié y puso sobre el tapete la falta de seriedad para organizar espectáculos deportivos: un enfrentamiento entre hinchas de ambas escuadras en los palcos terminó con la muerte de Oyarce, quien cayó del palco 128-C.
La noticia pasó las fronteras y golpeó duramente a los clubes, en especial a la ‘U’ cuya alicaída imagen dirigencial fue vapuleada. Desde el Congreso se condenó y criticó el hecho, mientras los responsables de la organización del partido y la seguridad trataban de justificar su accionar.
El amago de paralización del Torneo Descentralizado por un momento cobró fuerza, al igual que jugar los cotejos sin público, dichas medidas, de haberse concretado, significarían un duro golpe a las arcas de los clubes.
Mientras el Poder Judicial y la Policía Nacional cumplían con su trabajo - capturaron y encarcelaron a los sospechosos de la muerte de Oyarce -, los presidentes de los clubes cerraban filas contra la violencia en los estadios.
En tanto, el Congreso viene elaborando un paquete de normas para combatir la violencia en los estadios con ayuda de los clubes.
El objetivo es que los estadios sean seguros y la historia de Walter Oyarce no se repita.
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