Aquel día que Zinedine Zidane y compañía ganaron la copa del Mundo, Francia fue una fiesta. Sin embargo, París se llenó de basura. Kanté, por entonces con siete años, recogía botellas, latas y papeles para reciclarlos y llevar dinero a casa.
N’Golo Kanté ha llegado a la palestra tras ganar su primera Copa del Mundo, este domingo luego de que Francia derrote por 4-2 a Croacia en la final de Rusia 2018. El jugador de origen malí destacó en el Mundial por su agilidad para interceptar los balones.
Pero el camino ha sido duro para llegar hasta acá. Esta es la segunda vez que Francia logra un Mundial, tras el último que ganó de local en 1998. Aquel año, Kanté tenía 7 años y se encontraba recogiendo basura de las calles, según cuenta Globoesporte.
En la antípoda se encontraba su actual entrenador, Didier Dechamps, quien celebraba la primera Copa del Mundo de Francia junto al capitán de aquel equipo de estrellas, Zinedine Zidane.
De la pobreza al éxito
Provenía de una familia humilde y las celebraciones en Francia eran un momento propicio para contribuir con algo en su casa. Botellas, papeles, latas de cerveza y otros objetos reciclables eran los objetos que N’Golo Kanté recogía para apoyar a su familia.
El fútbol le ha permitido ser una ventana al mundo. En 2017, logró uno de sus mayores éxitos: ser elegido el mejor jugador de la Premier Legue durante la temporada 2016, esto luego de que su equipo, el Leicester City, ganara el mismo campeonato.
Pero Kanté tenía un plan B, en caso no llegara a destacar en el fútbol. A los 18 años se recibió del bachillerado, y estudió por dos años más para lograr el título de Contador. Por fortuna, el equipo francés Caen lo acogió en sus filas a pesar de su 1,68 metros. Ahora brilla en el Chelsea con quien ha conquista la Copa FA y la Premier League en las temporadas 2018 y 2017.
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