Francia no se caracterizó por su buen juego a lo largo del Mundial de Rusia 2018, pero sus distintas maneras de manejar los partidos la llevaron a ganar el título.
La Selección de Francia es uno de los campeones mundiales más resistidos de los últimos tiempos por la manera cómo consiguió el título del Mundial de Rusia 2018. No perdió ningún partido, tuvo una defensa sólida y fue eficaz al momento de definir. Estadísticamente, es poco discutible el campeonato logrado por el elenco dirigido por Didier Deschamps, pero al momento de analizar al detalle el trámite de sus partidos es aceptable que desde un punto de vista hayan varias críticas al respecto.
En la fase de grupos, Francia derrotó con lo justo a dos equipos como Australia y Perú, que en el papel eran muy inferiores al combinado europeo. Posteriormente, igualó con Dinamarca en un cotejo que no tenía trascendencia por la presencia de ambos asegurada en la siguiente fase del certamen. Ya en la fase de grupos, los 'Bleus' se convirtieron en una aplanadora de sudamericanos al eliminar a Argentina y Uruguay en los octavos y cuartos de final respectivamente. Y en las semifinales, antes de batir a Croacia en su último cotejo, dejaron fuera a Bélgica, una de las revelaciones del torneo.
En total, Francia suma seis triunfos y un empate en su participación en Rusia 2018, lo que lo hace ver como un ganador justo en una primera impresión. No obstante, al observar algunos intervalos de sus compromisos, se puede apreciar a un equipo que no tenía reacción cuando el oponente estaba dominando o le costaba sentenciar el encuentro cuando tenía la chance de ampliar su ventaja a una inalcanzable para su oponente.
Si bien eso puede disgustar a los hinchas que se inclinan por una corriente ofensiva en el fútbol, donde prevalece la posesión de balón en todo momento y la generación constante de chances de gol sin importar el resultado, eso solo termina siendo una parte del abanico de estrategias por parte de Francia para obtener victorias. Aún sin controlar el esférico por mayor tiempo que el rival o estando replegados en su propio campo con 10 jugadores defendiendo, el cuadro europeo seguía hallando maneras de marcar como el balón parado o el contraataque.
Al ser un equipo con un promedio de estatura alto y dos defensores como Raphael Varane y Samuel Umtiti que tienen dentro de sus principales virtudes el buen juego aéreo, Francia tenía en las jugadas de pelota estática una gran opción para llegar a la valla rival con peligro. Y con futbolistas de una velocidad descomunal como Kylian Mbappé, Antoine Griezmann y Ousmane Dembelé, los contraataques franceses terminaban siendo un dolor de cabeza para cualquier elenco, causando que incluso contemplen ceder la tenencia del esférico para no correr el riesgo de sufrir uno de ellos en una pérdida.
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