Habitantes de Devecser anunciaron que organizarán una manifestación y bloquearán una carretera para obtener la compensación económica por los daños causados por el vertido.
Los vecinos de Devecser, una de las localidades más afectadas por el vertido tóxico en octubre pasado, se han organizado para exigir las indemnizaciones prometidas por el gobierno, pese a la prohibición oficial expresa de manifestarse.
Según el portal de internet index.hu, los habitantes de Devecser anunciaron que organizarán una manifestación y bloquearán una carretera local durante un mes para obtener la compensación económica, por los daños causado por el vertido tóxico que contaminó unos 40 kilómetros cuadrados de terreno al oeste de Budapest.
La policía prohibió el bloqueo en la carretera, pero ahora los vecinos de Devecser anunciaron que no renunciarán a la protesta para lograr el pago de "una indemnización completa para todos", dijo Géza Csenki, uno de los organizadores.
Según Csenki, las autoridades no han cumplido lo prometido como indemnización por la catástrofe ecológica ocurrida el 4 de octubre y se trata de un acto de "desobediencia civil".
También afirmó a Efe que "nadie dice que dentro de años el "lodo rojo" no dañará nuestra salud".
En la catástrofe murieron nueve personas y más de un centenar resultaron heridas por la avalancha de lodo tóxico que se derramó al romperse un dique de contención de una balsa de residuos procedentes de una fábrica de aluminio cerca de Veszprém, unos 150 kilómetros al oeste de Budapest.
El gobierno prometió indemnizar a todos los afectados por el vertido y ha elaborado un programa de cuatro puntos que incluye el saneamiento de la zona urbana y la reconstrucción de los inmuebles devastados.
Quienes decidan no volver a sus hogares podrán elegir entre una lista de inmuebles estatales en las cercanías y a los que quieren mudarse a otras regiones del país, el Estado les pagará el valor de las casas destruidas.
Las autoridades ordenaron que se levantaran unos diques adicionales de contención para proteger a la población de un posible segundo vertido.
EFE
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