Miremos a Dios con respeto y con serenidad, ya que realmente es una necesidad de nuestro país y de toda la familia peruana, afirmó el cardenal Juan Luis Cipriani.
El Arzobispo de Lima destacó la importancia de mantener un clima de tolerancia y diálogo para mantenernos unidos a Cristo y a la Iglesia.
“En estas épocas en las que a veces hay situaciones de dificultades, luchas, discusiones, hay que mirar a lo permanente, que es ese Dios bueno que se hizo hombre, a quien le interesa mucho la dignidad de cada uno de nosotros. Por eso, en el centro del mensaje de la Iglesia está esa preocupación por el ser humano y por su dignidad”, reflexionó.
Se refirió a los conflictos sociales que se están desarrollando en algunas zonas de Puno y Huancavelica, exhortando a la población y a las autoridades a detener estos actos de violencia que no conducen a nada bueno y que están generando pérdidas.
“Yo haría una invocación a Dios para que ilumine a quienes tengan la responsabilidad de llegar a una situación racional, ya que no se puede imponer la voluntad con la violencia (…) En general este desorden está creando daño a todos. Por eso, la invocación a una pacificación y gestos de mayor tolerancia y ojalá que en esta semana cambie ese clima de violencia que no conduce a nada”, exhortó.
Comentó también sobre la conversación que sostuvo con el presidente electo Ollanta Humala, de la cual rescató el espacio de confianza y diálogo para tratar temas que preocupan a todos los peruanos en cuanto a la formación de valores, la educación y del respeto de principio básicos como la verdad y el respeto.
“Quisiera rescatar ese espacio cordial y amable en el cual pudimos conversar de manera muy cercana con el presidente Humala, ofreciéndole la oración, que es la gran fuerza de la Iglesia, y la colaboración en aquellos temas que son temas mixtos: la vida, la familia, la educación, el tema de los valores y de algunos programas de apoyo social. Fue un momento cordial y muy positivo para ese ambiente de diálogo tan importante en el país”, mencionó.
En otro momento, invocó al diálogo y a una comprensión más cercana al derecho entre las autoridades de la Pontificia Universidad Católica de Lima y el Arzobispado de Lima para que exista una mayor reconciliación entre ambas partes, en beneficio de los alumnos de esa casa de estudios.
“Con enorme respeto y sin ánimos de polémicas, la decisión tomada hace tiempo por el Tribunal Constitucional, que no es contra la Católica, es el reconocimiento de una Junta de Administración para los bienes de Riva Agüero, que la forman el rector y una persona designada por el Arzobispo. No es una expoliación, es una administración insustituible y para siempre, pero no es motivo de preocupación y no debe ser motivo de polémica”, aclaró.
Con respecto a la bendición del “Cristo del Pacífico” que se realizó ayer, el Cardenal Cipriani destacó que la gran mayoría vemos en esa imagen de Cristo la bendición, la acogida y el deseo de unidad de esta familia peruana, asimismo recordó las palabras que el Papa Benedicto XVI envió para esta ocasión especial.
“Yo lo que quiero rescatar son unas palabras muy bonitas que envía el Papa en las que transmite su ilusión de que esta imagen impulse a todos a crecer en el amor a Dios y a los hermanos, para trabajen en la formación de una sociedad cada vez más justa, solidaria y fraterna, en un clima de respeto y diligente colaboración en la búsqueda del bien común”, señaló.
Corpus Christi en Lima
El Cardenal Cipriani se refirió a la gran fiesta que vivirá Lima mañana domingo en la Solemnidad del Corpus Christi, en la cual se conmemora la realidad del misterio de Cristo Eucaristía que es un resumen de lo que representa la vida cristiana.
“Cuando celebramos el Corpus Christi celebramos el misterio de amor, de dolor, el compromiso de amor de Dios con los hombres y el gran desafío de la humanidad contemporánea de cuestionar si este es el mundo para el que Dios se ha quedado en la Eucaristía”, manifestó.
“Yo diría que el cuerpo de cristo, esa ostia santa, para nosotros tiene que ser como un reclamo interior, en esa hostia yo veo reflejado a quien está postrado en su cama enfermo, a quien está preso, a quien está tal vez pasando momentos de tribulación, a esas familias que con tanta ilusión quieren lo mejor para sus hijos. Al contemplar la hostia no estoy contemplando un símbolo mágico sino a ese Jesús que dio su vida en la cruz”, continuó.
Comparte esta noticia