Adam Lanza era poseedor de más de mil cartuchos de munición, tres espadas samurái, una bayoneta y diversos cuchillos. Además, tenía un certificado de la Asociación Nacional del Rifle.
El autor de la masacre de Newtown (Connecticut), Adam Lanza, tenía en casa un arsenal de armas, más de mil cartuchos de munición, tres espadas samurái, una bayoneta y diversos cuchillos, y un certificado de la Asociación Nacional del Rifle, según las órdenes de registro hechas públicas hoy.
Los documentos, a los que tuvo acceso Efe, muestran que el joven tenía una caja de seguridad con múltiples armas en la casa donde vivía junto a su madre, Nancy, a quien disparó en la cabeza mientras dormía antes de dirigirse hacia la escuela primaria Sandy Hook el pasado 14 de diciembre.
Tan solo transcurrieron cinco minutos desde que Lanza irrumpió en el colegio, acabando con la vida de seis adultos y veinte niños, hasta que se suicidó al oír la llegada de la Policía, según explicó hoy el fiscal del estado de Danbury, Stephen Sedensky, en un comunicado.
Sedensky afirmó que durante esos minutos, Lanza disparó 154 balas con su rifle semiautomático Bushmaster, para quitarse después la vida de un disparo en la cabeza con una pistola Glock.
Entre los objetos encontrado hay un certificado de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) a nombre de Adam Lanza, así como diferentes libros como un manual de esa organización para manejar armas y otro titulado "Mírame: Mi vida con Asperger", la variante del autismo que sufría.
Las órdenes de registro del vehículo y de la casa de Adam Lanza han sido hechas públicas hoy por el juez de Danbury John Blawie, quien aceptó la petición del fiscal de mantener algunos detalles de los documentos en secreto, como los números de serie de las armas o el nombre de un testigo que ha colaborado en la investigación.
El testigo aseguró a agentes del FBI el día de la tragedia que Lanza se pasaba el día jugando videojuegos como Call of Duty y que había estudiado en la escuela primaria Sandy Hook, donde perpetró uno de los tiroteos más sangrientos de la historia de Estados Unidos.
EFE
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