Gigantografías colocadas a lo largo de la vía expresa con la foto del policia César Vilca, no tenían autorización.
Nuestra ciudad está plagada de avisos publicitarios. Los hay en los lugares más inesperados, y en algunas zonas se cuentan por decenas. Pese al peligro que representan cada vez hay más y, peor aún, las autoridades no toman cartas en el asunto.
Todo tipo de aviso, luminoso o publicitario, incluso los de las municipalidades o entidades del Gobierno, deberían seguir criterios para prevenir accidentes no solo porque distraigan sino, también, porque podrían caer sobre algo o alguien.
Para la seguridad de los conductores en casi todos los distritos de la capital, el que un aviso sea distractivo es un aspecto que no es tomado en cuenta para autorizar su colocación.
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