´Perón-Perón´ se ha convertido en el lugar de moda para las tertulias políticas con platos y copas que rinden homenaje al ex presidente argentino y a su esposa Evita.
"Perón-Perón", un bar recientemente abierto en Buenos Aires, se ha convertido en el reducto de moda para jóvenes justicialistas y altos cargos del Gobierno que amenizan sus tertulias políticas con platos y copas que rinden homenaje a la mítica figura del tres veces presidente argentino.
El local gastronómico, situado en el distrito de Palermo Hollywood, el barrio de moda de Buenos Aires, es además un imán para los turistas, que aprovechan un alto en el bar para zambullirse por un rato en la liturgia del movimiento justicialista y su creador, el general Juan Domingo Perón (1895-1974).
Con un altar dedicado a Evita Duarte, la segunda esposa de Perón, en el centro del recinto, el bar es un verdadero "collage" de todo lo que hace a la liturgia peronista y sus iconos, con fotos históricas, objetos decorativos cargados de simbolismo, un menú "ad hoc" y muchos otros elementos que dan al ambiente un toque antiguo y a la vez posmoderno.
"El peronismo también puede ser "cool"", asegura a Efe Daniel Narezo, uno de los dueños del bar, militante peronista desde que tiene memoria.
Detractor de la comunicación virtual, Narezo quería crear un espacio real de contacto y discusión para dar respuesta en particular al reverdecer de la militancia política juvenil en Argentina.
"Por otro lado, a los peronistas siempre nos han tildado de negros, feos, incultos, y eso no es real", explica Narezo, quien en su local rescata la figura de los intelectuales y los artistas que militaron en las filas del Partido Justicialista (PJ).
Abierto en una casa que antaño fue una unidad básica del partido, a pocos metros de donde viviera la primera esposa de Perón, Aurelia Gabriela Tizón, hoy el bar es visitado hasta por militantes radicales -históricos rivales de los peronistas-, aunque entre los parroquianos priman los jóvenes seguidores del Gobierno de Cristina Fernández.
Incluso los ministros de Economía, Amado Boudou, y Trabajo, Carlos Tomada, compartieron alguna que otra cena allí, aunque al bar -aclara Narezo- no acuden como funcionarios sino como cualquier otro militante, esos que cada noche se entusiasman debatiendo de política.
El lugar también es frecuentado por peronistas de la primera hora, quienes hasta se reconocen junto a "el General" en las fotos que pueblan las paredes y le prenden una vela a Evita.
Los más jóvenes prefieren dejar alguna consigna escrita en la pared, como "¡Viva Perón!" o "¡Fuerza Cristina!".
Para todos, sean o no peronistas, uno de los atractivos del establecimiento es la ecléctica decoración, con máquinas de coser que emulan a las que regalaba Evita a los pobres y objetos que hacen referencia al universo obrero, el de los "descamisados".
Allí se exhibe un reloj Cronos detenido a las 20:25, la hora en que Eva "pasó a la inmortalidad", con la tarjeta del "trabajador número uno", Perón, fechada simbólicamente en el día de su muerte.
El otro gran atractivo es la carta, no tanto por la singularidad de los platos, sino por el ingenio de sus nombres, llenos de giros humorísticos.
Así, la carne a la parrilla se denomina aquí "al parqué" porque "se acusaba a los peronistas de levantar el parqué de las casas que regalaba Evita para hacer asados", explica Narezo.
La mousse de chocolate fue bautizada como "cabecita negra", un mote despectivo para los obreros peronistas, y la tabla de fiambres se llama, con una dosis extrema de humor negro, "Pedro Eugenio" en alusión al ex presidente de facto Aramburu, secuestrado y asesinado por la guerrilla peronista de Montoneros.
Para beber, se puede probar un "Descamisado", hecho a base de malbec Carcassonne, que era el preferido de Perón, y próximamente se podrá pedir una cerveza artesanal "Evita, una rubia peronista".
Eso sí: aquí no hay "happy hour" sino "la hora de los pueblos", con tragos a mitad de precio.
Cuando el ambiente alcanza su clímax, los acordes de la marcha peronista predisponen al brindis, aunque la mayor parte del tiempo hay música argentina de fondo alternada con extractos de discursos de Perón y Evita.
Y cada tanto suena Led Zeppelin porque, para Narezo, si la banda inglesa hubiera nacido en Argentina, "sería peronista".
"Y además Perón es rock", asegura. EFE
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