En la India los tonos claros están asociados al éxito y estatus social y los oscuros con el trabajo en la calle.
La obsesión de la mujer india por una piel blanca acaba de llegar al origen del mundo, con una nueva loción que, con su promesa de conseguir una zona genital "más fresca y clara", ha indignado a feministas y parte de la opinión pública.
En contraste con América o Europa, donde muchos se pirran por broncearse, el clareo de la piel es uno de los nichos del mercado cosmético de la India: aquí, los tonos claros están asociados al éxito y estatus social y los oscuros con el trabajo en la calle.
Pero, tras la campaña de promoción del nuevo producto vaginal "Clean and Wash Intimate Dry", de la compañía india Midas Care, se han desatado voces contra la obsesión por la palidez y las decenas de dudosos productos que llenan los mostradores de las tiendas.
"Tener una vagina brillante siempre ha sido mi gran ambición. Durante años, he visto cómo otras mujeres conseguían trabajos fantásticos y hombres estupendos", escribe con ironía la columnista Manjula Narayan en la publicación india "Sunday Guardian".
"Qué tienen ellas que no tenga yo? La respuesta llegó en un fogonazo: su piel es clara. Clara por todas partes. Clara incluso ahí abajo", remata.
Parte de la polémica se debe sin duda al anuncio televisivo del producto, que muestra a una joven pareja india -de piel sin duda muy clara- sentada sin mirarse: él bebe un café y lee el periódico, y a su lado su esposa parece frustrarse con su deriva matrimonial hasta que descubre esa loción capaz de, según se nos muestra en el anuncio con una animación gráfica de la zona vaginal, darle la blancura que necesita para su relación con su marido, quien luego se presta a juguetear con la radiante usuaria de la crema.
Un bote de "Clean and Wash Intimate Dry" cuesta 1,5 euros y sus ávidas compradoras obtienen, de acuerdo con el anuncio televisivo, la promesa de una zona genital más clara, fresca y limpia gracias a su fórmula equilibradora del ph de la piel.
El mercado de productos de este tipo tiene una gran potencia en la India, con un crecimiento de un 18 por ciento anual y un valor de unos 430 millones de dólares, de acuerdo con datos de 2010 de la agencia A.C. Nielsen publicados por la prensa india.
El problema, para algunos analistas, es sin embargo lo que esta industria pone de manifiesto y crece al hilo de un racismo latente dentro de la sociedad india.
"A un niño de la escuela que recibe insultos por su piel oscura no le hace falta un anuncio para darse cuenta del valor que la sociedad da a la piel clara", afirma la economista Rupa Subramanyam en la edición india del Wall Street Journal, India Real Time.
"Si alguien como la modelo Lakhsmi Menon (de piel oscura) tiene que irse de la India para triunfar, ¿cuál es el mensaje que estamos enviando a la mujer de este país? La cultura popular es un espejo en el que mirarnos. Y quizá no nos guste lo que vemos", concluye.
La obsesión india por la piel clara se manifiesta de muchas formas: en verano, es habitual ver cómo muchas indias caminan de sombra en sombra o protegidas por parasoles, o que se cubren manos y brazos con largos guantes mientras conducen motocicletas.
En los clasificados de los diarios, quienes buscan un buen partido matrimonial especifican su religión, casta y profesión, pero en su descripción física hay espacio para indicar la "piel trigueña" o "blanquecina" que la realidad suele encargarse de desmentir.
Y publicistas y cineastas tiran de programas de tratamiento fotográfico o de toneladas de maquillaje para que aparezcan mucho más blancos de lo que son tanto actores como heroínas, las protagonistas favoritas de los anuncios de belleza.
Eso sucede por ejemplo con la actriz Dia Mirza, conocida por su tez tostada, que aparece luciendo palidez -incluso para un estándar occidental- en un anuncio de revista del producto "Moisture White" donde promete "una piel más blanca en cuatro semanas.
"¡Los cosméticos nos van a convertir en un país de albinos sin áreas oscuras por ningún lado!", afirmó en su cuenta de Twitter, hace pocos días, el director de cine Shekhar Kapur.
EFE
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