El baño del bebé es un momento de bienestar y de relajación ideal para llenar de ternura y de caricias a los más pequeños.
“Un aseo adecuado es la mejor garantía contra infecciones y enfermedades de origen contagioso. El baño es un momento de bienestar y de relajación; ideal para llenar de ternura y de caricias a los más pequeños”, señaló la pediatra Sarah María vega.
Siga este orden:
• Cabeza: Lávale sujetando la cabeza con la palma de la mano y sécalo bien con una toalla antes de continuar.
• Cara: Con gasas estériles humedecidas en agua hervida tibia o suero fisiológico, límpiale los ojos.
• Cuello y pecho: Insiste bien en los pliegues.
• Brazos: Extiéndelos hasta llegar al pliegue del codo. Presiona las palmas de las manos para que abra el puño y lávalas con jabón.
• Zona del pañal: Una de las más recomendadas es limpiarlo con una gasa estéril mojada en una solución aséptica o simplemente con agua y jabón mientras tenga el cordón umbilical.
Recuerde:
• El jabón o gel deben ser especialmente desarrollados para la delicada piel de tu bebé.
• La piel se debe secar sin frotar, presionando con suavidad, especialmente en las zonas de pliegues donde son frecuentes las irritaciones.
• Los genitales de las niñas se limpiarán siempre de delante hacia atrás, así evitamos que las bacterias intestinales puedan pasar a la vagina produciéndose infecciones.
“Antes de desnudar al niño prepara el equipo necesario tener jabón, toalla, pañal, ropa limpia y tina con agua tibia”, recomendó la especialista.
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