Claudia Dides aclaró que los polémicos videos que ha subido a YouTube no son tutoriales para enseñar a hacer un aborto, tal como denuncian sectores conservadores.
"Es una tortura lo que le están haciendo a las mujeres chilenas por no poder abortar", aseguró hoy Claudia Dides, directora de la Corporación Miles, que lanzó una polémica campaña a favor de la despenalización del aborto terapéutico en Chile, uno de los países donde está prohibido.
La campaña consiste en tres vídeos que subió hace un mes a YouTube, en los que aparecen mujeres que se tiran por las escaleras, con su estómago hacia un grifo o que son atropelladas, para explicar que la única forma de abortar en Chile es hacerlo accidentalmente.
"En Chile solo está permitido el aborto accidental y por eso hay que ponerse en el lugar de la mujer para ver la desesperación y sufrimiento", dijo Dides en una entrevista con Efe.
"Los vídeos no son tutoriales para enseñar a hacer un aborto, son ficción y demuestran la incapacidad que tiene nuestra sociedad para apoyarlas", agregó la responsable de los vídeos, que ya suman más de medio millón de visitas en YouTube.
Dides, socióloga de profesión, integra la Corporación Miles desde sus inicios en 2010, cuando nació de un movimiento ciudadano que tenía dos objetivos: abrir un debate democrático en Chile sobre el aborto terapéutico y presentar un proyecto de ley para legislarlo.
Gracias al trabajo de Miles y de otras organizaciones, en 2013 la temática se integró en las campañas presidenciales y pasó a formar parte de las promesas de Gobierno de la actual presidenta chilena, Michelle Bachelet.
Hoy el proyecto de ley para despenalizar el aborto se tramita en la Cámara de Diputados bajo tres causales: inviabilidad del feto, riesgo para la vida de la madre y violación.
Para la activista pro aborto el debate no es ciudadano, sino que "la discusión ahora es legislativa porque sabemos qué es lo que quiere la sociedad, por eso esperamos que en septiembre voten el proyecto los diputados, luego los senadores y que en 2016 ya tengamos una ley".
El informe anual de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales (UDP) estima que cada año en Chile se producen 70.000 abortos inducidos, aunque Dides cree que la cifra es superior y se acerca a 120.000.
Los registros del Ministerio de Salud indican que en Chile el aborto es la tercera causa de mortalidad materna y un 17 % de esas muertes se produce por abortos en condiciones clandestinas.
"Me he practicado dos abortos clandestinos y fue porque pensé en mi primer hijo. Decidí que quiero verlo crecer, ojalá ser abuela, y tengo una enfermedad crónica que en cualquier momento me puede matar", confesó Dides.
Aunque la activista se mostró convencida de la decisión que tomó, aseguró que fue un proceso doloroso.
"A las mujeres nos tratan como si fuéramos delincuentes. A ninguna le gusta abortar, nadie sale feliz de eso, es una decisión compleja", dijo la directora de Miles.
Chile, junto a El Salvador, Nicaragua, la República Dominicana, Malta y El Vaticano, son los seis países del mundo donde está penalizado el aborto terapéutico.
Sin embargo, en Chile el aborto terapéutico fue legal hasta septiembre de 1989, cuando el dictador Augusto Pinochet derogó el artículo de la Constitución que legislaba el aborto poco antes de dejar el poder.
"Durante la dictadura de Pinochet el país culturalmente se va transformando al conservadurismo. La decisión de Pinochet tiene que ver con una cosa ideológica, política y con una visión de las mujeres como una especie de gran útero que lo único que tienen que hacer es reproducir a los seres humanos", sostuvo Dides.
Para la activista el sufrimiento de una mujer que tiene un embarazo inviable ya sea por enfermedades genéticas u otras patologías es "una crueldad" y muchas mujeres han llegado hasta la corporación para pedir ayuda.
"Tenemos el caso de una mujer de 40 años que quedó embarazada y su feto es inviable. Tiene sus órganos fuera y la placenta está cortando y triturando al feto. Ella solicitó ayuda, pero nadie lo ha hecho porque es ilegal", concluyó la directora de Miles.
EFE
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