El periodista de RPP Noticias, Lauro Minaya, estuvo dentro del multicine UVK cuando comenzó el incendio. Este es su testimonio.
Nunca había estado en un incendio. Cuando me asomé por la puerta de la sala 10 y vi el fuego, creí que se apagaría solo. Creí que el personal de seguridad tomaría el extintor y abatiría rápido las llamas. Creí, incluso, que luego nos conducirían a otra sala para continuar la proyección de la película. Fui un iluso, yo nunca había estado en un incendio.
Ese miércoles llegué al UVK de Larcomar quince minutos antes de lo previsto. La agencia Havas Media había programado una proyección exclusiva para periodistas de Animales Fantásticos y dónde encontrarlos a las 10 a.m. Cerca de la sala encontré a dos señores de unos cuarenta años que conversaban arrellanados en unos muebles de terciopelo rojo. Me ubiqué cerca de ellos. Como aún faltaban algunos minutos para la película, quise enviar un tuit. Pero en la sala 10 no entra la señal de Internet.
Por eso que salí, para buscar señal. Luego todo ocurrió asombrosamente rápido. Subía por las escaleras de la sala cuando alguien gritó "¡Fuego!". Casi de inmediato sonó la alarma contra incendios. En la puerta de la sala había un vigilante y una señora de chaleco azul con un extintor en la mano. Ambos ingresaban para apagar el fuego. Todo era pánico. La gente corría en todas las direcciones. Yo salí lo más rápido que pude por la puerta que da al bowling de Larcomar.
Fuera del cine, la humareda era intensa. Tomé el celular y grabé mi primer video a las 9:52 de la mañana, cuando me encontraba a la altura del restaurante Tanta. Habían pasado solo unos segundos desde que vi el fuego en la sala, y el humo no me permitía respirar con facilidad. Entonces, detuve la grabación de imágenes para huir del centro comercial, pues el incendio se expandía. Mientras buscaba la salida, distinguí a un grupo de personas que se habían quedado atrapadas en el cine, intentando escapar a través de la entrada principal, que a esa hora estaba cerrada.
"¡Abran la puerta! ¡Auxilio!" gritaban y golpeaban la puerta con desesperación. El humo era cada vez más negro.
Horas después me enteré que estos hombres y mujeres forzaron la puerta (una de tipo enrollable) hacia arriba y salieron a rastras del cine, es decir, salvaron sus vidas a duras penas. Pero cuatro personas no tuvieron la misma suerte.
Una vez fuera del centro comercial caminé hasta el Club Social Miraflores, y vi que el humo cubría por completo el edificio del Hotel Marriot. El incendio había generado un tumulto a los alrededores del parque Salazar. Algunos turistas grababan lo sucedido con sus teléfonos, como si se tratara de un espectáculo.
Han pasado cuatro días desde el incendio en Larcomar. Ayer vi cómo ha quedado la salida al bowling, el humo ha cubierto las paredes de negro, y apenas se ve la figura del pájaro alegre que invita a los niños al Coney Park. Esa zona de escape es estrecha (de unos tres metros de ancho), y a medida que uno avanza se va agrandando hasta llegar a la superficie. Al ver esas imágenes me sentí afortunado, pues de haberme demorado unos segundos más en salir, el humo me hubiera alcanzado en las escaleras. Hoy con una visión más clara de lo ocurrido y emocionalmente más estable, puedo decir que abrazo más a la vida. Simplemente quiero ver crecer a mi hija y acompañarla junto a mi esposa, ser una mejor persona para ellas.
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