Pobladores de Sant"Agostino, una de las localidades más afectadas por el sismo, reclamaron por el impuesto sobre bienes inmuebles reintroducido por el Ejecutivo del primer ministro italiano.
El primer ministro italiano, Mario Monti, fue hoy recibido con algunos abucheos a su llegada a Sant"Agostino, una de las localidades más afectadas por el terremoto de 5,9 grados en la escala de Richter que azotó el norte de Italia en la madrugada del pasado domingo.
El jefe del Ejecutivo tecnócrata llegó en torno a las 09.00 hora local (07.00 GMT) a esta localidad de la región de Emilia Romagna, por cuyas calles Monti hizo un rápido recorrido, acompañado por el presidente regional, Vasco Errani, y por el jefe de la Protección Civil, Franco Gabrielli.
"Sobre todo he querido llevar el sentido de cercanía al Gobierno, con todas sus estructuras, a estas familias y a estas poblaciones, tan afectadas en sus sentimientos, pero también en su actividad diaria", dijo el primer ministro a los periodistas en una breve alocución por las calles de Sant"Agostino.
"He notado -y esto me ha gustado mucho- el óptimo sistema de colaboración entre las distintas estructuras y un grandísimo deseo de retomar lo antes posible la vida normal por parte de la población afectada. Es otro ejemplo de fuerte vitalidad que Emilia Romagna ofrece a Italia", agregó.
Instantes antes, Monti había sido recibido con abucheos y gritos de "ladrones, quedaos en casa" por un grupo de vecinos afectados por este terremoto, que ha causado siete muertos, unos cincuenta heridos y unos 5.000 evacuados.
Ese mismo grupo de vecinos aludió además al impuesto sobre bienes inmuebles reintroducido por el Ejecutivo de Monti, que tendrán que empezar a pagar en los próximos días justo en un momento en el que gran parte de las casas de la localidad se encuentran inhabitables por el seísmo.
Monti "podía quedarse en casa. Ha venido porque esto es un circo mediático. Tenemos muchos problemas. Hay rabia y miedo. De un Estado se espera lo que el Estado debería hacer: silbamos para expresar nuestro descontento", comentó una vecina a los medios italianos.
El primer ministro de Italia calificó de "graves" los daños causados por el terremoto y apostó por ayudar a que la actividad productiva arranque de nuevo en la región de Emilia Romagna, cuya patronal calcula pérdidas de "algunos cientos de millones de euros" y donde solo una de cada cuatro naves industriales está en disposición de regresar a la actividad.
"He querido ver personalmente los daños, que son graves y afectan también, en particular, al tejido productivo de esta tierra, tan emprendedora y que tenemos que ayudar a que vuelva a ser productiva lo antes posible, como las pequeñas empresas, tanto industriales como agrícolas", afirmó.
Monti recordó que a primera hora de esta tarde presidirá en Roma un Consejo de Ministros para declarar el estado de emergencia en la zona, con lo que se podrá efectuar un mejor dispositivo para atender a los afectados e intentar que vuelvan lo antes posible a sus casas los vecinos que han tenido que ser desalojados.
Los evacuados que se alojan en campamentos levantados han tenido que pasar una nueva noche con continuos temblores de tierra, a causa de las réplicas que no cesan y que, en las 24 horas posteriores al gran terremoto, se contabilizaron en unas doscientas.
Desde las 00.00 y hasta las 09.50 hora local de este martes (22.00 de ayer y 07.50 de hoy GMT) el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia ha contabilizado 23 terremotos en la zona, el mayor de magnitud 3,7 grados en la escala Richter.
EFE
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