Los familiares estaban enfadados por el retraso en las tareas de rescate
Familiares de las víctimas del ferri hundido en Corea del Sur, que causó al menos nueve muertos y casi 300 desaparecidos, expresaron su rabia e indignación contra el Gobierno, al que acusan de gestionar mal el rescate y proporcionar información incorrecta.
Los parientes de los afectos recibieron con un aluvión de protestas al primer ministro surcoreano, Chung Hong-won, cuando éste acudió a la localidad de Jindo, en la costa suroste del país, para reunirse con ellos, informó el diario local "Korea Herald".
Los familiares estaban enfadados por el retraso en las tareas de rescate, ya que el hundimiento se prolongó durante dos horas y aún así solo se pudo poner a salvo a 179 pasajeros.
Otros 287 habrían quedado atrapados en el barco sin apenas posibilidades de sobrevivir y nueve han muerto, según datos oficiales.
También motivó la indignación el baile de cifras durante las primeras doce horas desde el suceso por parte de las autoridades de Seúl, que variaron constantemente los datos oficiales e incluso despertaron falsas esperanzas al asegurar en cierto momento que había un centenar de desaparecidos.
La mayoría de familiares de las víctimas son los padres y allegados de los 325 estudiantes de bachillerato que componían la mayor parte del pasaje de un total de 475 personas del ferri "Sewol".
Los supervivientes, por su parte, han criticado lo que podría ser una grave negligencia por parte de la tripulación del barco, que les ordenó permanecer en sus asientos en lugar de ponerse a salvo durante aproximadamente una hora tras escucharse el estruendo que dio lugar al inicio del hundimiento.
"El barco se inclinaba cada vez más, pero hubo varias transmisiones que nos decían que nos quedáramos en nuestro lugar", relató un superviviente de 17 años al diario local "Hankyoreh", tras opinar que "quizá todo habría sucedido de otra manera si la gente hubiera salido más rápido".
Otros rescatados criticaron que el capitán del barco, que salió del accidente con vida, fue uno de los primeros en abandonar la embarcación durante el hundimiento.
Mientras continúan las tareas de rescate para tratar de hallar a los 287 desaparecidos, la sociedad surcoreana permanece conmocionada ante la que puede ser una de las mayores tragedias humanas en tiempos de paz de la historia del país.
EFE
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