Lew Coleman, presidente de la productora estadounidense indicó que el país "debe centrarse en la calidad y no en la cantidad" de sus realizaciones.
El presidente de la productora estadounidense DreamWorks, Lew Coleman, sugirió a las autoridades chinas encargadas de regular los contenidos culturales, que relajen las muchas limitaciones que imponen en el sector, por el bien de la propia industria fílmica china, necesitada de una mayor presencia internacional.
"Los sistemas regulatorios chinos deben ser más flexibles, porque los nuevos medios así lo requieren", destacó Coleman en una intervención en el Foro de Desarrollo de China, una conferencia de empresarios y representantes de organizaciones internacionales patrocinada por el Gobierno chino.
El presidente de DreamWorks, firma que acaba de crear una rama en China para comenzar a producir películas para el gran mercado oriental, recordó que, cuando "Kung Fu Panda", filme de su factoría, triunfó en el gigante asiático, muchos fans del país se lamentaron de que China no hubiera sido capaz de crear una historia tan próxima a ellos y protagonizada por un símbolo nacional como el panda.
"Esto nos movió a nosotros mismos a preguntarnos junto a las autoridades chinas por qué en China no podía hacerse un "Kung Fu Panda", y éstas se escudaron primero en la falta de tecnología, pero después les preguntamos si aceptarían una película en la que un panda prefiriera comer a practicar kung fu o cuyo padre fuera un pato, y confesaron que no", relató Coleman.
Coleman subrayó que la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión, responsable de la censura en el país asiático, debería establecerse un límite mayor de competencias y no entrar en los contenidos.
El responsable de la productora fundada por Steven Spielberg también señaló que China ha de cambiar la idea de separar cine "para niños" y "para adultos" y crear producciones para toda la familia, como los éxitos de animación que Disney, Pixar o la propia DreamWorks han convertido en los últimos años en algunas de las películas más taquilleras de la Historia.
El cine chino y las autoridades que lo regulan llevan años preguntándose por qué, pese a la masiva inyección de capital y las grandes superproducciones que ya tiene el país, éste no acaba de dar el salto al extranjero, como pudo verse recientemente con la última obra de Zhang Yimou, "Las flores de la guerra", que estaba claramente destinada al público occidental pero fue un fracaso fuera de China.
"China debe centrarse en la calidad y no en la cantidad" de su producción audiovisual, concluyó Coleman.
EFE
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