Conoce la importancia que tiene la conservación de uno de los bosques más importantes de nuestra capital, ubicado en el distrito de San Juan de Lurigancho.
Cuidar los árboles y sembrar más, no debería ser parte de una obligación o de una ordenanza del gobierno, debería ser una iniciativa natural en nosotros. Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas, desde nuestros abuelos, padres y ahora nosotros como testigos, el aumento de la población y el “boom” de la construcción ha dado paso a la “Lima Moderna” dejando a un lado el espacio para la arborización y su conservación.
San Juan de Lurigancho, ubicado al noreste de la ciudad, es el distrito más grande y el más poblado con más de un millón de habitantes; ahí se encuentra uno de los pulmones por donde intenta respirar la Lima gris: El Bosque de Caja de Agua.
¿Cómo surge el Bosque de Caja de Agua?
Ubicado en toda la Av. Próceres- hasta su cruce con la Av. San Martín, el Bosque de Caja de Agua originalmente tenía una superficie de 56 000 m2, hoy ha sido recortado a un poco más de 28 000 m2. Formó parte del Programa de Reforestación de la Cuenca del Río Rímac en la década de 1950, es así que luego de hacer varios estudios de suelo, se consideró que dicha zona era propicia para la instalación de un vivero.
Según el arqueólogo Julio Abanto Llaque, en las referencias coloniales, no existía en la zona un bosque, fue recién en el año 1958 que aparece en un mapa del Instituto Geográfico Militar donde se observa la delimitación del espacio original del vivero forestal.
¿Cuál es su importancia?
La siembra y conservación de árboles producen el oxígeno y filtran la radiación. Además, las hojas de los árboles pueden absorber los contaminantes purificando el aire que respiramos. Según estimación científica cada hectárea puede aportar entre 2 a 6 toneladas de oxígeno al día y retiene un equivalente a 2.5 toneladas de CO2.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda entre 12 a 15 m² de área verde por habitante y considerando que sólo en el distrito de San Juan de Lurigancho hay más de un millón de habitantes, la ciudad tiene una gran deuda con la madre naturaleza. El Bosque de Caja de Agua, el pulmón de San Juan de Lurigancho es también hábitat de aves migratorias que buscan refugio en sus diversas especies de árboles como eucaliptos, palmeras, ficus entre otros.
Dificultades y lucha por su preservación
En las últimas décadas debido al incremento de la urbanización, el Bosque de Caja de Agua ha ido perdiendo terreno, entre la construcción de casas, un colegio y un espacio para el estacionamiento del Mercado Mayorista. Uno de los últimos problemas que enfrentó fue cuando el Ministerio de Vivienda Construcción y Saneamiento, actual administrador del espacio, propuso en el 2021 a la comunidad shipibo-conibo la construcción de 138 viviendas en 15 000 m² dentro de los 28 000 m² del Bosque de Caja de Agua; sin embargo, ante los reclamos y acciones de los vecinos, dicha ejecución pudo ser frenada.
El Bosque de Caja de Agua es sólo un pequeño espacio verde que sobrevive ante el monstruo de la Lima gris y moderna que sigue creciendo, es un espacio que busca generar educación ambiental y conciencia ecológica. Lima es una ciudad que requiere de arborización no de destrucción.
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