La actriz estadounidense confesó en la capital mexicana que empezó su carrera cinematográfica porque pensó que era "el camino más fácil", con una actitud "de niña caprichosa", pero luego se enamoró de su profesión.
La actriz estadounidense Geraldine Chaplin confesó hoy en la capital mexicana que empezó su carrera cinematográfica porque pensó que era "el camino más fácil", con una actitud "de niña caprichosa", pero luego se enamoró de su profesión.
Así se pronunció durante una conversación con la actriz mexicana Diana Bracho en la cátedra "Ingmar Bergman en cine y teatro", en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde explicó que nunca ha sentido "ningún peso" por llevar el apellido Chaplin.
En un ambiente distendido, que hizo que incluso se quitara las botas y dejara al descubierto unos coloridos calcetines, la actriz explicó que, en realidad, ella quería ser bailarina.
Lo que pasa, recordó, es que "bailaba muy bien en mi cabeza, pero mi cuerpo no quería".
Por eso, tras apartarse del mundo de la danza, decidió dedicarse a la interpretación: "Me parecía el camino más fácil, pensé que podía ganar lana (dinero), tenía el apellido, así empecé con esta actitud de niña caprichosa y luego me enamoré de la profesión".
Aunque su padre, el célebre actor y cineasta británico Charles Chaplin (1889-1977), quería que sus hijos tuvieran "profesiones decentes", "ninguno lo hizo", según declaró la actriz, quien celebró que fuera la UNAM la primera universidad que pisaba en su vida.
Geraldine Chaplin (California, 1944) admitió con humor que su apellido siempre le ha abierto las puertas de todas partes, "incluso en el colegio", donde se copiaba los deberes de "las más listas de la clase", a cambio de llevarlas a casa a conocer a Charlot.
"Mi padre no solo fue el hombre más conocido, sino el más querido del mundo. Nadie nunca ha dicho ésa está aquí por su padre, cosa que es verdad, porque le querían. Entonces yo me sentía hija de todo el mundo, me ayudaban y yo me sentía envuelta de amor", dijo.
En los años sesenta mantuvo una relación sentimental con el director español Carlos Saura, con quien asegura que se le abrieron muchas puertas al conseguir quitarse todas las etiquetas que ya le habían puesto, pues, "aunque tenía mucho talento, hacía un cine marginal".
"Tenía la ventaja de llevarme al director a casa, era la envidia de los actores y actrices (...). Las películas son muy hermosas. Sobre todo sus películas durante el franquismo, era un baile con la censura", afirmó, tras precisar que "despreciaban" a los que luchaban desde fuera, porque pensaban que "había que luchar desde adentro".
Aquella relación con España le lleva a considerar una "vergüenza" y un "horror" la situación de crisis económica que padece el país, tras asegurar que, incluso amigos suyos han sido echados de sus pisos y han tenido que "volver con sus padres".
Fuente: EFE
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