A través de un comunicado, el Ejército israelí basa su conclusión en una investigación propia sobre la que no ofrece detalle alguno de cómo y cuándo la hizo y en la que asegura que la escuela estaba vacía.
El Ejército israelí declinó este domingo su responsabilidad por la muerte esta semana de 17 personas en el bombardeo de una escuela de la ONU en la localidad de Beit Janún, en el norte de Gaza.
A través de un comunicado, el Ejército basa su conclusión en una investigación propia sobre la que no ofrece detalle alguno de cómo y cuándo la hizo y en la que asegura que la escuela estaba vacía, versión que contradice la de la ONU, que afirma que en ella había refugiadas más de un millar de personas.
Muchas de ellas hallaron cobijo minutos después del ataque, presas del pánico, en un hospital vecino, según pudo comprobar Efe ese mismo día.
Según los investigadores israelíes, durante ese día hubo intensos combates "entre fuerzas del Ejército israelí y milicianos de Hamás, que operaron en una zona adyacente a la escuela".
Y afirman que desde esa zona los milicianos dispararon cohetes antitanque contra las tropas israelíes, que respondieron disparando varios morteros en su dirección.
La investigación militar mantiene que "un sólo mortero errático cayó en el patio del colegio de la UNRWA, que estaba completamente vacío".
Pero según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), en la escuela se encontraban refugiadas en torno a un millar de personas.
Periodistas independientes que el sábado, con motivo del alto el fuego, llegaron a la citada escuela, informaron, por su parte, de que eran visibles los restos de sangre.
Días antes, las tropas israelíes habían bombardeado otra escuela de la ONU en el centro de la Franja, sin causar víctimas ya que el director la había desalojado horas antes debido a la cercanía de los combates.
Aún así, las Fuerzas Armadas israelíes subrayaron este domingo que no operan o tienen por objetivo organizaciones internacionales en Gaza, y que continúa la coordinación con estos organismos a través del Coordinador de las Actividades del Gobierno en los Territorios, dependiente del Ministerio de Defensa de Israel.
Además, El Ejército israelí rechazó las denuncias hechas por varios funcionarios de la ONU inmediatamente después del suceso acerca de que 17 personas murieron -entre ellos tres trabajadores de la ONU- y otras 200 fueron heridas como consecuencia de operaciones militares israelíes.
Peter Lerner, portavoz para medios extranjeros del Ejército israelí, sugirió el domingo, incluso, la posibilidad de que las víctimas llegaran de otro lugar, que murieran como consecuencia del fuego cruzado en áreas aledañas o por el impacto de cohetes disparados desde la propia franja.
EFE
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