Las autoridades niponas instalaron barreras de contención para evitar que las lluvias arrastren cenizas volcánicas y rocas hasta Kiso y Otaki, que son las localidades ubicadas al pie del volcán.
El Ontake, el segundo mayor volcán de Japón con 3.067 metros de altura y ubicado a unos 100 kilómetros de la ciudad de Nagoya, entró en erupción el pasado sábado mientras centenares de montañeros se encontraban en sus faldas y en la cima haciendo senderismo.
Se sabe que unos 250 pudieron abandonar la zona por su propio pie o fueron evacuados, 69 sufrieron heridas de diversa gravedad, la mayoría por golpes, fracturas y quemaduras. Sin embargo ya se ha confirmado la muerte de 54 personas.
Su erupción es la que más pérdidas humanas ha provocado en Japón desde 1926, cuando hubo 144 muertos y unos 210 heridos por el estallido del monte Tokachi, en la isla de Hokkaido.
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