La localidad ubicada a 308 kilómetros al sur de la capital, Santiago, sólo tiene un medio de comunicación, una radio comunitaria, la cual colpasó al momento del sismo.
La localidad de
Linares, situada a
En Chile, uno de los países más sísmicos del planeta, es habitual que tras los
movimientos telúricos las autoridades centrales "se olviden" de los
pueblos rurales, especialmente de aquellos situados entre las principales
ciudades, y la ayuda generalmente la canalizan hacia las grandes urbes.
"No hay bencina, tampoco petróleo, estamos sin electricidad, sin agua y ni
siquiera podemos comunicarnos por internet", dijo a Efe Chervi Hernández,
uno de los afectados por el sismo en Linares ya que ha quedado en la calle
después de que su casa se derrumbara completamente.
Hernández, que aún recuerda que tuvo que agarrarse a un árbol para poder
mantenerse en pie durante el terremoto, relató cómo presenció, al igual que en
una película de terror, que las casas que tenía frente él se derrumbaban.
"Veía como la gente salía de éstas un segundo antes de que cayeran, y
seguro que más de alguien no alcanzó a escapar", añadió el afectado.
Afirmó que la catedral de la ciudad se resquebrajó por completo y otras dos
iglesias, la del Corazón Divino y los Salesianos, resultaron totalmente
destruidas.
"Nadie se ha acordado de nosotros" dijo al indicar que después del
terremoto, cuya magnitud fue de 8,8 en la escala de Richter, "el plano de
la ciudad ya no será el mismo".
Explicó también que, tras derrumbarse uno de los puentes que comunican con esta
ciudad, los microbuses tampoco llegan a la localidad, cuyos recursos llegan
fundamentalmente de la agricultura.
Afirmó que a casi 48 horas del terremoto, Linares tiene sólo un medio de
comunicación, "una radio comunitaria, ya que hasta el diario local quedó
sin inmueble".
Durante el terremoto del 3 de marzo de 1985, que destruyó en un 80 por ciento a
las ciudades de San Antonio y Melipilla, todo el casco antiguo de la capital
chilena y que dejó 177 víctimas fatales y cerca de tres millones de
damnificados, ocurrió algo similar.
Pequeños villorrios situados entre ciudad y ciudad y cuyas viviendas resultaron
prácticamente destruidas, nunca recibieron ayuda, según denunciaron los mismos
afectados en su oportunidad.
Similares situaciones vivieron aquellas aldeas que se levantan cerca de la
cordillera de los Andes en la planicie norteña del desierto de Atacama, tras el
terremoto del 13 de junio del 2005.
En aquella oportunidad, un terremoto de 7,9 grados en la escala Richter afectó
principalmente a la ciudad norteña de Iquique y alrededores, con un saldo de 12
muertos, 200 heridos y miles de damnificados.
Las autoridades central y locales se preocuparon principalmente de ir en ayuda
de la ciudad de Iquique, pero a las pequeñas aldeas sólo llegaron a preguntar
por su estado los Carabineros de Chile (policía militarizada).
EFE
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