Llegaron a Lima los restos de familia fallecida en Costa Rica

Los restos de la familia peruana fallecida el último miércoles en un accidente automovilístico en San José de Costa Rica llegarón la noche del martes al aeropuerto internacional Jorge Chávez. En el vuelo que arribó a la capital al promediar las 8 y 30 de la noche llegaron los padres de Andrea María Raffo Hanza, quienes viajaron hasta el país centroamericano.

En comunicación telefónica con RPP Noticias, desde el terminal aéreo, el abogado Armando Lengua Balbi, padre del esposo de Raffo Hanza, agradeció todo el apoyo brindado por el cuerpo diplomático peruano para hacer posible la repatriación de los cuerpos de sus familiares.

Indicó que su nieta, la única sobreviviente del accidente, aún permanecerá hospitalizada en la capital costarricense, hasta su completa recuperación. Informó que el lunes la pequeña participó de una emotiva ceremonia en la que se despidió de sus padres y su hermana menor.

"El día de ayer ella se ha despedido de sus padres y de su hermanita  en una ceremonia muy emotiva, porque le llevaron el cuerpo de sus padres y de su hermana al hospital. Ella, haciendo un esfuerzo extraordinario, ha podido despedirse de sus seres queridos, consciente de que ya no los va a poder a ver", relató notablemente conmovido.

Adelantó que la ceremonia fúnebre que se realizará en Lima, está siendo organizada por familiares y amigos de la joven pareja. Señaló que será un momento para recordarlos y que para ello proyectarán en una pantalla, imágenes con episodios de la vida de su hijo, nuera y nieta. "No será una velatorio si no una celebración de vida", apuntó. 

Como se recuerda, la tarde del último miércoles, Juan Armando Lengua-Balbi Espinosa, su esposa Andrea María Raffo Hanza y la menor de sus hijas, de apenas dos años, murieron luego de que el auto en donde viajaban patinara en una carretera mojada por la lluvia, estrellándose finalmente con un bus.

El velatorio se llevará acabo el miércoles en la iglesia Mariía Reyna en San Isidro. Los restos serán cremados y esparcidos en un terreno propiedad de la familia Lengua Balbi.